Capítulo 17

305 40 0
                                    

Jin remueve entre mis brazos y se aferra a mí adormilada, no pude quitarle la mirada de encima mientras la llevaba en brazos hasta mi cama para dejarla acostada allí luego del baño. También había secado su cabello para que pudiera estar más cómoda, aunque fue una completa lucha pues ya quería dormirse.

-Listo, eso es todo -murmuré al cubrirla con las mantas.

Me la quedé viendo un momento, notando lo grande que le quedaba mi ropa puesta, pero que aún creía que se le veía mejor a ella puesta que a mí. Solté un suspiro queriendo levantarme pero en ese mismo instante ella me jala con los brazos alrededor de mi cuello y me tumba en la cama para sujetarme con sus piernas en un abrazo como si fuera una especie de koala.

-Am, Reina... -traté de hacer que reaccione.

-Hm... -se queja pero no me suelta, en cambio se aferra aún más.

Dejé escapar una suave risa antes de sentirme derrotado, me acosté a su lado y me metí bajo las mantas junto a ella para dejar que me abrazara cuanto quisiera.

-Está bien, está bien, entiendo... Tú ganas.

Jin comienza a soltarme despacio pero no se aleja, se acurruca a mi lado, dejando su cabeza sobre mi brazo para usarme de almohada. Sonreí enternecido y me acomodo mejor, tratando de no moverme mucho para no molestarla. La abracé y apegué su cuerpo al mío, ella ya no se quejó, sino que me dejó hacerlo.
Su rostro se relajó al igual que su respiración, sus mejillas estaban sonrojadas levemente al igual que la punta de su nariz. Pasé la yema de mis dedos por su rostro con delicadeza hasta que levanté un poco su cabeza, sujetándola desde su barbilla, ella suelta un ligero jadeo y sus labios se abren levemente.

Tragué con dificultad y relamí mis labios recordando que hace unas horas la había besado por fin. Se había sentido tan bien que me sorprendía, pues no esperaba que supiera besar así y menos estando ebria. Jamás una borracha me ha besado tan bien como lo hizo ella, esta noche.

-¿Cómo puedes decir que no eres hermosa...? Idiota -murmuré acariciando sus labios con mi pulgar.

Sentía mi corazón latiendo con fuerza dentro de mi pecho, pareciera que iba a explotar en cualquier momento. Además de que sentía la necesidad de besarla de nuevo y dejarle en claro que me encantaba todo de ella... ¿Por qué?
Quise culpar de estos sentimientos y confusos al alcohol pero aunque lo negara sabia que todo rastro de este había desaparecido de mi sistema.

Decidí dejar de cuestionarme todo en estos momentos e intentar descansar lo más que me fuera posible, no quería ni imaginar como se pondrá Jin mañana. Quizás olvide todo o quizás no, también es probable que aunque no recuerde nada quiera culparme de lo que sea. ¿Esta noche no puede ser eterna? Sería lo ideal para mí.

Pero supe que no iba a ser así cuando las horas pasaron y no me había dado cuenta pues me había quedado dormido con ella a mi lado.
Suspiré tratando de moverme pero el sentir un pequeño peso en mi brazo y contra mi pecho me hizo abrir los ojos lentamente para ver a Jin, a la que noté cerrar los ojos rápidamente y hacerse de la dormida. Sonreí y se me ocurrió una pequeña broma.

Acaricié su mejilla con delicadeza y acerqué mi rostro al suyo hasta rozar nuestros labios pero ella se cubre la boca rápidamente, dejando el show.

-¿Q..Qué... qué haces? ¿Por qué ibas a...? -agarré su mano y la saqué.

-¿Entonces tú puedes besarme pero yo no? Eso es realmente injusto, Reina -comenté.

-¿B..Besarte? ¿Q..Qué? Yo jamás haría eso -ella se apartó dándose la vuelta con el rostro sonrojado, eso solo me hizo pensar de que recordaba eso, ¿cuánto más recordará?

-Pues lo hiciste ayer, y para serte sincero... -me coloqué sobre ella sujetando sus manos, que intentaron alejarme, sobre su cabeza-. Fue el mejor beso que recibí en mi vida... y quiero más de ellos.

Jin abre los ojos de par en par cuando yo uní nuestros labios sorpresivamente y comencé a besarla con intensidad. Ella forcejeó por tan solo un segundo cuando decidió sucumbir a la tentación y corresponderme al beso. Solté sus manos y ella llevó sus manos hasta mi cuello, acariciándome y hundiendo sus dedos en mi cabello. Sonreí contra sus labios y me separé alegre.

-Mejor... -comenté-. Pero... no es suficiente.

Volví a besarla y ella ya no se opuso en ningún momento, sino que, al igual que yo, quiso más. Podía sentir aún el leve sabor a menta de la pasta de dientes que le hice usar para lavarse la boca hace unas horas. Continué besándola, profundizando el beso cada vez más, incluso bajé hasta su cuello y ella jadeó al hacerlo. Mordí su piel, ella se arqueó y presionó sus manos en mi cabello, lamo la reciente mordida y volví a buscar sus labios.

-Me encantas, Jin... cada parte de ti, la adoro con todo mi ser.

Volví a besarla, esta vez, introduciendo mi lengua en su boca hasta encontrar la suya. Deslice una de mis manos por su pierna, subiendo hasta toparme con el borde de mi remera que ella llevaba puesta. Su piel se erizaba y ella jadeaba.

-Quisiera demostrarte que tan loco me tienes atrás de ti. No necesitas que te lo diga, sino que te lo demuestre con cada acción -metí mi mano por debajo de la remera-. Cada caricia que hace arder tu piel, cada beso que te deja sin aliento...

-D..Dylan... es..pera.. -pidió entre jadeos. Sus manos apretaron mi remera con debilidad, mientras que sus piernas se abrían ligeramente para mí.

-¿Por qué debería? Tu cuerpo me está pidiendo a gritos porque siga... -respondí en un susurro contra sus labios mientras seguía acariciando por su muslo, más y más arriba.

-E..Es que yo no quie... ¡Hmg!

Jin se arquea al sentir mi mano presionar su intimidad por sobre sus bragas. Acaricié allí hasta hacerla vibrar y tragar con dificultad.

-Esto dice lo contrario... -sonreí sintiendo como estaba tan mojada en aquel lugar.

Quería saber cómo se sentiría sin aquella prenda de por medio. Estaba volviéndome completamente loco.

-D..Dylan... P..Por favor... -pide de nuevo.

Observé su rostro, estaba claro que su cuerpo no quería que me detuviera pero... ella prefiere hacerle caso a su mente que le dice otra cosa...
Resoplé derrotado y me levanté apartándome de ella antes de que no pudiera hacerlo después.

-Está bien, jamás haría algo que tú no quisieras, Jin... -respondí.

Me giré maldiciendo en mi interior por la molestia en mi pantalón. Suspiré profundo y me metí al baño para darme una ducha con agua fría pero a la vez... volver a aliviarme yo mismo.

APOSTEMOS A LA VERDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora