Capítulo 35

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-¡My love!- Jennifer salta sobre mí enrollando sus brazos en mi cuello y tratando de alcanzar mis labios para besarme, pero para evitarlo, giré levemente la cabeza para que, por lo menos besara la comisura de mis labios y no se diera cuenta de mi movimiento.

-Jenny... ¿Podemos hablar? -pregunté tomándola por la cintura y simulando una sonrisa.

-Sí, claro... podemos hablar después de la acción -ella sonríe con una expresión de perversion antes de sujetarme por la camisa, arrastrarme hasta dentro de su departamento y cerrar la puerta tras de mí.

Al instante se me acercó con intensiones de volver a besarme aunque volví a sujetarla por la cintura para detenerla sutilmente. Pero eso la hizo fruncir el ceño, así que, aunque no quisiera, decidí hacer mi movimiento para seducirla y que soltara toda la verdad con su propia lengua. Haría que me lo dijera todo, pero jamás volvería a meterme entre sus piernas, ahora solo me causaba asco y molestia.

-Sabes como funciona esto... cariño... -sonríe de nuevo cuando agaché la cabeza y la acerqué hasta su cuello para rozar mis labios por su piel y apretar mi agarre en su cintura-. Jenny... dime una cosa...

La acerqué hasta el sofá y la hice sentarse para colocarme sobre ella, acorralándola con ambas manos apoyadas contra el respaldo del sofá. Ella ya se veía excitada y con ansias de quitarme la ropa y estar dentro de ella de una sola vez, de nuevo.

-¿Tú le enviaste el video a Jin? -solté directamente ocasionando que ella se detuviera y volviera a fruncir el ceño con el simple pronunciamiento del nombre de Jin.

-¿Por qué la nombras justo ahora?

-Solo quiero saber...-Me reprimí el disgusto y la agarré por el cuello acercando su rostro al mío-. Para agradecerte si tú lo hiciste, pues me libraste de un gran peso que no podía quitarme de encima.

Ella sonríe ampliamente de nuevo mientras sus ojos desbordan lujuria, acaricia mis mejillas, hasta bajar sus manos a mi pecho y desprender los primeros botones de la camisa.

-Sí, yo lo hice -Responde enseguida y en ese mismo instante quise arrancarle el cuello, pero debía de estar seguro de que había sido ella, conociéndola pudo haber dicho que lo hizo solo para que la perdonara.

-¿Qué le mandaste? Solo me gritó y se fue, hizo un gran show y ni me enteré qué fue lo que vio en un supuesto video, es lo único que dijo.

-¿Por qué tanto interés? Mejor sigamos, te he extrañado -trató de besarme de nuevo y esta vez se lo permití para que siguiera hablando. Aunque solo la veía besarme, no cerraba los ojos por repulsión y hartazgo. Me separé de ella y bajé hasta su cuello de nuevo, sonreí sobre su piel y rocé mis labios allí.

-Es que me da tanta curiosidad, se veía tan furiosa que hasta acabó llorando la pobre. Para ser sinceros me causó vergüenza ajena estar con ella en ese momento tan espantoso -mentí acariciando su cuerpo como ella quería que lo hiciera-. Así que... dime, ¿Qué era ese video?

Ella no volvía a hablar, estaba dudando de que haya sido ella quien lo haya hecho si no respondía, por lo que decidí internar una vez más. Metí la mano entre sus piernas y presioné sobre su ropa interior, pues traía puesta una falda corta. Ella se sobresaltó y soltó un gemido en mi oreja, hice una mueca disimulada y la miré al rostro.

-Dime, Jennifer.

-Ah... solo un video de ti con Rod mencionando que apostaron por ella.

-Perfecto.

Finalmente te tengo, estúpida perra.

La sujeté del brazo y la arrastré hasta las puertas del balcón mientras ella chillaba y forcejeaba. Salimos hasta que el viento de la noche nos golpeara. Me subí al borde del balcón, acuclillándome frente a ella y sujetando sus mejillas con una mano para que me viera al rostro.

-¿Qué te pasa? Dylan. ¿Qué hacemos aquí?

-Te lo advertí una vez, Jennifer, y no escuchaste. Te dije que si volvías a meterte con Jin te mataría con mis propias manos y no te importó. Lo que hiciste no fue solo molestarla, la haz hecho llorar por mostrarle algo que ni yo estaba listo para contar o ella para escuchar. Haz hecho que me odie... Así que, debo hacer algo contigo.

Intentó alejarse pero la tomé del cabello y la jalé hasta que estuviera colgando fuera del balcón, salté hasta el suelo y la dejé agarrarse del barandal para no caerse, miró hacia el vacío bajo sus pies y soltó un grito que callé con una mano en su boca y la otra sujetando la parte de atrás de su cabeza.

-Guarda silencio, Jenny... tu voz me harta -mencioné mirándola a los ojos con una leve sonrisa por ver el miedo en su mirada. Agarré una de sus manos e hice que se soltara para dejarla más lejos del balcón y que no pudiera sujetarse. Ella respiraba fuertemente y con lagrimas empezando a aparecer-. Oh Jenny... amarga e ingenua, Jenny. Debiste pensarlo mejor antes de meterte con quien no debías. Pero ya no hay tiempo para arrepentirse, después de todo, aquí acaba todo sobre ti... Au revoir. Jennifer.

La solté, ella comenzó a gritar con fuerza mientras caía hasta que terminó sobre el techo de un auto causando que sonara la alarma y todos comenzaran a fijarse en lo que pasó, espantándose al instante por el cuerpo sin vida de una pobre zorra que no pudo mantener la boca y las piernas cerradas. Miré al cielo nocturno con las manos en los bolsillos y suspiré antes de sacar mis alas y volar para alejarme de la escena. Fui a mi departamento, aprovechando la oscuridad para que nadie me viera y observé discreto por la ventana de mi habitación como está Jin. Claramente no estaría bien... Estaba en el centro de la cama, hecha un bolillo y con rastros de llanto en su rostro. Suspiré y pegué mi frente a la ventana.

-Lo siento tanto...

Entré por la ventana de la oficina y fui hacia la cocina. Sabía que no había comido nada así que le preparé algo, su comida favorita... fui a la habitación, notando que la puerta estaba sin seguro, y dejé la comida en la mesita de noche. Decidí acostarla mejor en la cama para cubrirla con las mantas. Acaricié su mejilla y pegué nuestras frente por un leve segundo mientras la miraba con lástima y culpa.

-Perdóname, mi Reina... -murmuré antes de soltarla de nuevo con cuidado y levantarme para salir por la ventana.

Volé manteniendo la mirada perdida hasta darme cuenta de algo empezando a salir de mis ojos, toqué mis mejillas y me sorprendí al saber de que eran lagrimas. ¿Cuándo fue la última vez que había llorado? no lo recuerdo sinceramente y a pesar de sacarme las lágrimas, estas seguían saliendo sin importar qué. Bajé al saber que había llegado, dudé un segundo, teniendo la mano lista para tocar la puerta, dejé escapar un suspiro de resignación y llamé. Esperé un poco y a los segundo la puerta se abrió.

-¿Dylan? ¿Qué...? ¿Estás llorando? ¿Qué sucedió? -mamá se veía sorprendida y preocupada, tomó mi rostro entre sus manos, no hizo falta agachar la cabeza porque ya la traía así.

-Le hice algo terrible, mamá... La lastimé de verdad y no sé que hacer.

No pude soportarlo más y volví a sollozar, mamá me abrazó al instante y acarició mi cabello mientras intentaba consolarme. Me aferré a ella como si volviera a ser un niño pequeño que necesitaba a su madre más que nunca. Sollocé cada vez más, escuché pasos acercarse y sabía quienes eran. Mamá me hizo entrar a la casa y sentarme en el sofá junto a Sarah y papá, que se veían igual de preocupados que mamá, pero todos me dieron mi tiempo para que me calmara y así poder explicarles lo que había ocurrido. Lo que más me avergüenza admitir en toda mi vida. Aún no comprendía mi razón de haber hecho algo como eso, tan humillante para Jin y para mí, no tenía excusa válida por haber hecho tal cosa y eso solo me hacía sentirme más miserable.

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