Capítulo 14

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No me había dado cuenta de que me había quedado dormido cuando empecé a escuchar movimiento y decidí abrir los ojos, me estiré un poco y noté a Jin levantada y mirándome.

-Hola, Reina -saludé adormilado-. Al fin te despiertas...

-Yo... tengo que irme -dice queriendo escapar una vez más. Rápidamente me levanté y fui tras ella.

-Hey, pero come algo primero, ¿sí? Estuviste inconsciente toda la noche -miré por la ventana para corroborar de que estaba amaneciendo.

-Sí, claro, comeré en mi casa.

Rodé los ojos y sujeté su cintura cuando intentó pasar por mi lado, la regresé a la cama y me coloqué sobre ella, sujetando sus muñecas con una mano por encima de su cabeza para evitar que escapara.

-D..Dylan. Suéltame -exige entre dientes, tratando de mirarme fulminante pero su sonrojo la hacia verse tierna.

-No me apetece hacerlo -sonreí de lado.

-Si no me sueltas... voy a gritar.

-Entonces te besaré para callarte, ¿qué opinas?

-¡Tú...! -aprieta los dientes con fuerza y aparta la mirada avergonzada. Sonreí satisfecho.

-Tranquila, no te haré nada. Solo quiero que te acuestes de nuevo mientras te traigo algo de comida. La necesitas.

-No necesitas hacerlo, además... no quiero que desperdicies tu dinero en esto.

-No es desperdicio, en realidad, pero si lo que te preocupa es que gaste dinero, pues entonces puedo cocinar algo para ti. ¿Te parece mejor? -sugerí.

Ella se queda en silencio un momento pero luego bufa y me mira finalmente con derrota.

-Bien, pero ya suéltame.

Sonreí triunfante y acerqué mi rostro al suyo, tomándola por sorpresa. Bajé hasta su cuello y dejé que mi respiración acariciara su piel para hacerla estremecer. Esto realmente... me estaba gustando.
Aspiré su aroma y noté como ella tragaba con dificultad y su piel se erizaba. Me encantaba saber sobre aquel efecto que yo tenía sobre ella.

-D..Dy..lan -murmura.

-Si dices mi nombre de esa forma... me harás caer en la locura, Reina.

Besé su cuello sorpresivamente y ella se sobresaltó.

-¡Hm!

Sonreí sobre su piel y mordí con un poco de fuerza consiguiendo que ella se removiera y soltara un jadeo por la sorpresa.

¡Dios! Eso fue lo mejor que he escuchado en mi vida. Quiero más... mucho más de sus jadeos... la quiero a ella.

-Jin... -suspiré.

Notaba como la tensión en su cuerpo disminuía y sus defensas se afrontaban. Estaba seguro de que lograría hacerla colapsar pero maldecí por lo bajo cuando escuchamos a alguien llamando a la puerta.

-¿Reina? ¿Está bien? -pregunta una enfermera.

Me distraje por la enfermera, así que me separé de su cuello y aflojé el agarre en sus muñecas, pero no me esperaba que Jin aprovechara para cambiar lugares y ahora ser ella quien estaba sobre mí, cubriendo mi boca con una de sus manos mientras que con la otra se cubría su cuello, más específicamente, la mordida en él. Pero no pude concentrarme, podía sentir en donde se había sentado y cuando bajé la mirada allí fue más provocador.

-¡S..Sí!, todo está bien, no te preocupes.

-Está bien, avíseme si necesita algo.

-S..Seguro.

Escuchamos pasos alejarse hasta que volvimos a estar en silencio, Jin suspira con alivio apartando su mano de mi boca.

-¿Te gusta estar arriba, Reina? -cuestioné consiguiendo que ella me mirase.

Abre los ojos de par en para y se quita de encima rápidamente, avergonzada por completo.

-I..Idiota.

Me reí bastante a la vez que me levantaba de la cama.

-Bueno, ahora por tu culpa tengo asuntos en el baño, la comida tendrá que esperar -comenté guiñándole un ojo.

Su rostro era tan gracioso, estaba completamente roja y nerviosa. Trató de no desviar la mirada pero me encantó ver que lo intentara y fallara. Miró hacia abajo y se cubrió el rostro al instante.

-¡Dios mío! -murmuró dándome la espalda. Me acerqué a ella para tomarla por la cintura y acercarme a su oído.

-Aunque... podrías ayudarme... -mencioné rozando mis labios en su oreja.

Ella voltea rápidamente agarrando una almohada y golpeándome en rostro con esta.

-¡C..Cállate!

Me alejé riendo, ella vuelve a tirarme otra almohada que conseguí esquivar mientras me iba al baño de la habitación, aún riendo a carcajadas. De verdad que me encantaba hacerla enojar y sonrojarse.

-Dios, hace tiempo no lo hacía yo solo, no había necesidad -pensé en voz alta recordándome contra la pared del baño-. Ojalá poder llamar a alguien para ayudarme.

Pero no pude aguantar más, miré hacia abajo para comprobar mi estado sin poder creerme esto. De verdad, solo necesité que ella jadeara y estuviera sobre mí una vez para ponerme duro... no me imagino como será cuando la tenga en mi cama, gimiendo en serio. Pensar en eso me hacía excitar aún más, tanto que hasta comenzaba a doler abajo. No resistí ni un segundo más y liberé mi erección para envolverla con mi mano.

-Hmg... Ah.

A mi mente solo llegaban imágenes de Jin, de su cuerpo y sus expresiones, por más que intentara pensar en alguien más, era solamente ella quien aparecía ocupaba mi cabeza por completo. Recordé la vez que la vi semidesnuda, incluso verla con mi camisa puesta me pareció la mejor vista de todas. Pensé en el incidente de ahora y cómo sería tenerla desnuda sobre mí la próxima vez.

Entre abrí un ojo y miré hacia la puerta disimuladamente en cuanto escuché que se abría lentamente. Sí que es una Reina curiosa y pervertida.
Sonreí y decidí jugar con ella por un tiempo, fingí como si no la hubiera visto y moví mi mano más rápido.

-Ah... Jin -gemí-. Mhg, Reina...

Escuché como ahogaba un chillido y se alejaba rápidamente. Me reí un poco pero en ese momento terminé corriéndome en mi mano.

Suspiré y decidí limpiarme rápido para después salir y encontrarla cubierta hasta la cabeza con las mantas en la cama. Me acerqué hasta apoyarme en mis manos a ambos lados de su cuerpo sobre la cama.

-¿Te gustó lo que viste, Reina pervertida? -pregunté en voz baja.

Ella vuelve a ahogar un chillido y a cubrirse aún más con las mantas.

-Y..Yo no sé de qué hablas, el único perverso aquí eres tú. Estúpido cuervo.

-¿Hn? Pero la que fue a espiarme mientras me masturbaba, fuiste tú. ¿O lo negarás? -se acurrucó aún más en la cama y yo me reí para luego separarme de ella-. Solo bromeo, pero la próxima vez podrías entrar y ayudarme si eso quieres.

-¡I..Idiota! ¡¿Quién dijo que yo quería hacer algo así?!

-El que me hayas espiado dice muchas cosas, Reina.

Ella ya no contesta y yo fui a por comida de una buena vez mientras reía.

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