Narra Dylan
Podía sentir el alivio en mi cuerpo al saber que me había librado de Jennifer de una vez por todas y lo mejor de todo... es que sabía quién había presenciado todo.
Comencé a escuchar sus pasos bajar y acercarse hasta donde yo estaba, me di vuelta para ver que observaba el vidrio roto del jarrón a un lado y luego me miró a mí.-Lo siento, no quería que pasara esto -suspiré-. Debió ser incómodo para ti.
-Sí... -murmuró-. Debo irme...
Asentí estando de acuerdo pero cuando cruzó por mi lado yo la detuve sorprendiendola al tomarla por la cintura con suavidad.
-Jin, te recuerdo que ayer haz aceptado trabajar para mí a cambio de mi ayuda -comenté, ella apartó la mirada-. Toda la información que necesitas te llegará en unas horas, espero contar contigo.
Ella vuelve a mirarme a los ojos pero suspira profundo y asiente aceptándolo.
-Empiezas mañana.
-Está bien...
-Hey... una cosa más -sonreí-. Ya he hecho unas cuantas llamadas... Cuando llegues a tu clan, estarás feliz.
Ella voltea a verme rápidamente y con un brillo especial en los ojos que me hizo sonreír y sentirme con una sensación extraña hormigueando por todo mi cuerpo. Decidí apartar todo pensamiento de ese tipo y concentrarme en ganar la apuesta que aún tenía en mente. ¿Cómo lo haría? No lo sé, pero debía hacerlo, pues yo jamás pierdo.
La solté para que pudiera irse rápidamente pues sabía lo mucho que quería ir a ver a su clan. Se fue dejándome solo en la sala y pocos segundos después fui a buscar las cosas para limpiar el jarrón del suelo, para cuando me senté en la silla de mi escritorio habían pasado unos minutos. Escuché mi celular por un mensaje y al tomarlo sonreí al instante por un simple mensaje.
Jin:
"Gracias... "
Sonreí un poco más y le respondí rápido para luego dejar nuevamente el celular y concentrarme en mi trabajo. Por fin no iba a tener a Jennifer molestando a cada segundo, estaba seguro que librarme de ese peso fue la mejor decisión y aún más en este momento.
Pasé varias horas pegado en mi computadora, terminando documentos importantes y cuando llegué con los que podría dejar para otra ocasión, decidí llamar a Rod.
-Hey, cancela todo lo que hay para hoy, voy a salir.
-Claro, sin problema, pero te recuerdo que no podrás librarte mañana de tus trabajos.
-Lo sé, lo sé. Solo hazlo por hoy.
Colgué la llamada y salí del departamento. Me subí al auto y fui hasta estar a un lado del bosque para bajarme y entrar en él, extendí mis alas y volé hasta los clanes. Estando arriba vi como el clan de Jin comenzaba a verse mejor, los cuervos sonreían y todo el humor había vuelto a ser amigable. Sonreí inconscientemente por aquello y luego bajé en cuanto vi a Jin caminando por allí.
-¿Te gusta como está todo por aquí? -pregunté al estar tras ella.
Ella se gira rápido al escucharme y por primera vez la vi sonriendo por mi causa. Abrí los ojos de par en par, me había dejado desconcertado con tan poco.
-Sí, todo está mucho mejor ahora... Gracias, Dylan -dijo ella con más sinceridad de la que no me esperaba. Reaccioné y sonreí como respuesta.
-No agradezcas, después de todo, no lo hago de gratis, así que no merezco de tu agradecimiento -suspiré metiendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón.
-Aún así... estás ayudando mucho a mi clan. No puedo hacer otra cosa más que agradecer y cumplir con mi palabra... -respondió.
Lo mejor de todo esto es que su humor había mejorado al estar cerca de mí, ya no me veía con odio. Fue la mejor sensación en toda mi vida.
-Ya que estamos aquí... -me acerqué a ella- ¿No quieres probar comida Tailandesa? Hice que unos amigos vinieran a hacerla aquí.
-Claro, estaría bien -sonríe.
-Perfecto.
La tomé por la cintura con una sonrisa más amplia en mi rostro pero ella enarca una ceja y se aparta cruzándose de brazos.
-Guarda tu distancia, ¿quieres? -pidió haciéndome reír y que ella me vuelva a ver con rareza- ¿Qué es lo gracioso?
-Ah, lo siento... es que ahora me dices que me aleje cuando la que se aferraba a mí, ayer, aunque yo me alejaba, eras tú -le comenté consiguiendo que se sonrojara y apartara la mirada.
-Discúlpame por eso, no estaba en mi mejor momento y actué impulsivamente, no volverá a suceder -habla formalmente, comenzando a caminar.
-¿Pero qué dices? Por mí no hubo ningún problema, es más... -volví a tomarla por la cintura y agarré levemente su barbilla-. Te dejaría aferrarte a mí cuanto quisieras... solo tienes que hacerlo y yo me dejaré.
Ella se sonroja completamente e intenta empujarme para alejarme de ella.
-Y..Ya d..déjame y vamos a comer -intentó cambiar de tema y adelantarse.
Me reí entre dientes y la seguí de inmediato. Definitivamente hacerla enojar y verla sonrojada era mi pasatiempo favorito.
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APOSTEMOS A LA VERDAD
Roman d'amour|| 3/4 saga "Volemos Siempre Juntos" || El regreso del hermano mayor de los Rais hizo emocionar a muchos y molestar a otros, pero más grande fue la sorpresa de todos al darse cuenta del cambio en él, pues sin duda no era el mismo que el de hace años...