Capítulo 8

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Abrí lentamente los ojos, que dolían a causa de la luz que entraba en la sala, que aunque fuera poca me dañaba.
Poco a poco mis ojos se acostumbraron a los rayos de luz de luna que entraban por las ventanas.
A mi lado una gran figura que aún me costaba dar forma parecía doblar algo.
Enfoque mis ojos y vi una cabellera castaña con toques grises, y una túnica arraigada, que estaba doblando una manta.

-¿Profesor Lupin?- pregunté con la voz débil.

-Vaya, no creí que despertaras hasta mañana.

Estaba desconcertada y mi cara lo reflejaba, no sabía cómo había llegado hasta la enfermería, el último recuerdo que tenía era el gran perro negro, los dementores y aquel grito.

-¿Qué a pasado?, ¿Que hora es?- dije intentando incorporarme, pero me fue imposible.

-Hey, no hagas fuerza- dijo acercándose a mí-. Los dementores te atacaron mientras estabas fuera, por suerte estaba pasando por ahí y te vi. Y ahora intenta descansar.

-Pero...

-Nada de peros.

De repente un escalofrío me recorrió el cuerpo y un ruido seco sonó en toda la enfermería, me acordé del vacío en el pecho que sentí cuando los dementores me atacaron, rápidamente y con miedo me incorporé y abrazé a mi profesor por la cintura.

-Tranquila, después de que te atacarán Dumbeldor les prohibió la entrada al castillo.

Me separé de él despacio y aún con miedo, y bastante avergonzada.

-Lo siento yo...- dije mientras mis mejillas se teñían de rojo.

-No se preocupe, ¿Tiene hambre?- dijo rebuscando en los bolsillos de su túnica y sacando una rana de chocolate.

-La verdad, si, mucha- me ofreció la chocolatina y yo la cogí y devoré-. Ya es de noche, ¿Qué hora es?

-Sobre las once, se ha saltado la cena, normal que tenga hambre- me miraba comerme la rana de chocolate cuando otro escalofrío me invadió-. Creía que no haría tanto frío, tomé- me colocó la manta que estaba doblando sobre las piernas.

-Gracias.

-Esperare a que se duerma, por si antes necesita algo- se sentó en un extremo de la camilla, y me miró-. No sabía que era usted tan popular.

-No le comprendo- dije extrañada mientras me comía una pata de la rana.

-La mayoría de Griffindors a venido a visitarla mientras estaba inconsciente, pero Madame Pomfrey les echó después de que terminara el horario de visita, usted era Slytherin, ¿Verdad?- dijo con una mirada interrogativa.

-Si, pero mis mejores amigos son Griffindors, y supongo que algunos de la casa me han cogido cariño de tantas veces que he estado con ellos- una risa salió de mi profesor-. Por cierto, ¿Si se ha acabado el horario de visita, qué hace usted aquí?

-Mmm... Digamos que tiene algo de ventaja que cuando era pequeño viniera aquí una vez al mes, y que después de que me tratará ayudaba a Madame Pomfrey a recoger. Entre tú y yo, creo que me tiene un poco de favoritismo- reí ante el comentario y él sonrió-. No pero, ya enserio, le dije que le ayudaba a ordenar todo esto y me dejó quedarme, y así de paso la podía vigilarla a usted.

Termine mi rana de chocolate y le ofrecí el cromo a Remus.

-Tome, el cromo es suyo- lo cogió y lo miró.

-Me ha tocado a Dumbeldor- dijo y se lo guardó en el bolsillo-. Ahora duerma, le vendrá bien descansar.

Me tumbé y él me arropó, y se sentó a mi lado, posó su mano en mi mejilla y la acarició.
Poco a poco mis ojos se fueron cerrando y sin más me dormí.

⭐🌕⭐🌕⭐🌕⭐

A la mañana siguiente me desperté a causa de los rayos de sol que entraban por la ventana, eso nunca pasaba en mi dormitorio ya que la luz solar no pasaba a través del lago.
Restregué mis ojos y me incorporé mirando hacia la silla vacía que había a mi lado, donde la noche anterior se había sentado el profesor Lupin.

-Mira quién a despertado, ¿Cómo te encuentras?- preguntó Madame Pomfrey, quién se acercaba había mi.

-Bien, solo tengo hambre.

-Sí es así, creo que podré dejarte marchar en un rato.

-¿Qué hora es?

-Aun es pronto para ir al gran comedor, tu túnica está allí, doblada en una silla- dijo eso y se marchó.

Mi mente buscó una actividad para no aburrirme y de pronto me acordé del libro que estaba leyendo cuando me atacaron los dementores.

-¡Señora Pomfrey!- la llamé.

-¿Sí?- dijo asomando la cabeza por las cortinas de mi lado.

-Yo... Cuando me atacaron los dementores, yo estaba leyendo un libro...

-A si, es verdad- se alejó y se oyó un cajón abrirse y después cerrarse, unos pasos se acercaban hacia mí-. Aquí está, Remus me lo dio cuando vino contigo en brazos.

-¿Q-Qué?, ¿Conmigo en brazos?- pregunté atónita.

-Si, te trajo en brazos y con el libro en la mano, me asusté cuando te vi así- dijo suspirando-. Bueno veo que no tienes ningún problema con tus recuerdos y que estás físicamente perfecta, creo que ya puedes irte. Coge tu tunica y corre al comedor, debes de tener hambre- cuando dijo eso mi estómago rugió.

Me levanté cogí y coloque mi túnica y fui rumbo a el Gran Comedor, deseando encontrarme con Fres y George. Cuando entre solo había algunos alumnos de Ravenclaw y profesores, me senté en la mesa de Slytherin, y me serví de todo lo que había, mientras desayunaba la puerta del comedor fue abierta, mire hacia ella y vi los ojos celestes que tanto me gustaban de mi profesor de D.C.A.O., quién al parecer me buscaba, ya que recorrió todo el comedor con la mirada y paró sus ojos en mi.
Yo la recordar lo que había dicho Madame Pomfrey, aparte la mirada hacia el plato enfrente mía, y sentí como mis mejillas se teñían de un color rojo a la vez que el calor se apoderaba de ellas.
Los pasos decididos del profesor se oían a mi izquierda, y yo deseaba que pasaran de largo hacia la mesa de los profesores, pero no ocurrió los pasos pararon al lado mío, vi sus zapatos por el rabillo del ojo.

-La estaba buscando para saber cómo estaba,  fui a la enfermería y Madame Pomfrey me dijo que ya le  había dado el alta.

-Estoy bien.

Un silencio se produjo entre los dos, yo seguía sin mirarle.

-Esta bien, me iré a desayunar, la veo en clase.

Levanté la vista y vi como se iba en dirección a la mesa de los profesores.
Termine de desayunar, cuando los demás alumnos empezaron a entrar.

Mi Guardián De La Noche [Remus Lupin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora