Capítulo 36

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Sentí un tirón en el brazo, Remus se había detenido y había hecho parar a Peter, Ron y a mi. El cuerpo de Snape chocó contra Remus, que se había puesto rígido y su cuerpo empezaba a temblar.

—¡Dios mío! —dijo Hermione con voz entrecortada—. ¡No se ha tomado la poción esta noche! ¡Es peligroso!

Cogí mi varita del bolsillo y apunté a las esposas que unían a Remus con Peter.

—Corred —gritó Sirius—. ¡Corred! ¡Ya!

—Bombarda. — las esposas explotaron y volaron por los aires, dejando heridas en las muñecas de los dos hombres.

—Dejádnoslo a nosotros ¡CORRED!— volvió a decir Sirius, refiriéndose a Harry, Hermione y Ron. Aunque el último no podía correr porque Peter se había clavado en el suelo.

De la boca de Remus salió un terrible gruñido, su cabeza se estaba empezando a alargar y su cuerpo empezaba a crecer. Los hombros le sobresalían, brotaba pelo en su rostro y manos, que se habían convertido en garras.

Retrocedí asustada hasta donde estaba Sirius.

—Llevales a un lugar seguro.

Y tan pronto como terminó la frase se transformó en un enorme perro negro.

—No pienso dejar a Remus— contesté mientras Sirius empezaba a correr hacia el licántropo. Me giré hacia Harry— Idos al castillo.

Me concentré en la forma de un lobo, y sentí como mi cuerpo se transformaba bajo los fascinados ojos verdes de Harry.

Sirius salto hacia Remus y lo agarró del cuello, arrastrándolo para alejarlo de Ron y Peter, quienes seguían inmóviles.

Corrí para separar a Remus y Sirius, que se atacaban dejando grandes zarpazos en el cuerpo de otro.

Mordí la pierna izquierda de Remus y le llevé hacia atrás, alejándolo del perro negro, el licántropo se cayó de bruces contra el suelo.

Cuando solté su pierna, con la ayuda de sus dos brazos se incorporó del suelo, su cabeza se dirigió hacia mí, y me miró con sus ojos verdes, ojos que aún tenían algún rastro de humanidad, algún rastro de Remus.

Un gritó femenino distrajo su atención de mi, yo también volteé. Hermione estaba gritando debido a que Peter había cogido la varita de Remus.

Vi como Lupin tensaba los músculos, preparándose para empezar a correr en dirección a los chicos,  pero antes de que pudiera yo me puse en medio. Sus ojos cayeron en mi cuerpo y recibí un arañazo en la espalda, al cual yo respondí chocando mi cuerpo con el suyo para volver a tirarle al suelo, pero él agitó sus garras en el aire y una de ellas acabó dándome en una de mis patas delanteras, y la otra empujándome unos metros de distancia.

Me quedé tirada en el césped con los ojos cerrados por el dolor de haber impactado contra el suelo. Se escucharon dos estallidos donde se encontraban los chicos, entre abrí los ojos y pude ver cómo Remus escapaba hacia el bosque.

—Sirius, Anne, ha escapado. ¡Pettigrew se ha transformado! —gritó Harry.

Miré mi pata, estaba sangrando, y suponía que el arañazo de mi espalda también.

Enfoqué mi mirada en Sirius, quien estaba tirado en el suelo con heridas en el hocico y espalda de las cuales también brotaba sangre, pero  usando oyó lo que Harry acababa de decir se levantó y empezó a correr velozmente.

Al ver que Sirius se adentraba al bosque herido, no pude evitar levantarme como pude teniendo herida la pata y correr siguiendo los pasos de Sirius.

Llegamos al lago, Sirius miraba de un lado al otro, buscaba a Peter. Un ruido entre los árboles, hizo que nos acercáramos, pero en vez de encontrar una rata pequeña, encontramos que un alto y musculoso licántropo estaba rondando por allí, y no fuimos los únicos que lo vimos, él tiene nos vio a nosotros.

Mi Guardián De La Noche [Remus Lupin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora