Capítulo 14

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Me desperté con el tiempo encima, quedaba solo media hora para que empezara la primera clase. Me desperté tarde debido a que me había costado dormirme, mi cabeza daba vueltas, entre lo descubierto ayer sobre el profesor Lupin y si había sido una coincidencia o este podía ser un hombre lobo, y el extraño sueño que había tenido sobre mi padre.
Me vestí rápidamente, aún dormida, cogí los libros de pociones y salí corriendo hacia el Gran Comedor. Allí comí rápidamente una tostada y una taza de leche y Colacao que bebí de una vez al ver que me quedaba sin tiempo, cogí mis libros y la tostada y fui dirección a las mazmorras comiendo.
Mientras caminaba ya cerca del aula, detrás de mía escuche un tarareo de una melodía, esta era la misma música de la canción que sonaba cuando la persona entró a mi habitación mientras que yo estaba en la ducha. Giré mi cabeza y a unos metros detrás de mí vi un cabello rubio familiar, Draco Malfoy. Aceleré el paso para llegar antes y poder poner mi cabeza en orden, me senté, como siempre, en la mesa más alegada de Snape y más cercana a la salida. En el aula ya había alumnos sentados y el profesor Snape estaba en su mesa mirando sus libros y de vez en cuando echaba una mirada de odio a los estudiantes ya instalados. En ese momento Draco paso por la puerta del aula, aún tarareando "I don't care". Le miré sin disimulo, extrañada de que estuviera a esa hora en la clase, él me devolvió la mirada y la desvió rápidamente, callandose a la vez. Creyendo que me soltaría alguna idiotez mi mente empezó a pensar en una respuesta sarcástica, pero no paso, siguió adelante y se paró junto a Snape para hablar con él.
Alguien se sentó a mi derecha y otra persona a la izquierda.

–¿Qué pasa, por qué está Malfoy aquí?

–¿Y por qué no paras de mirarlo?, ¿Acaso ahora nos gusta Malfoy?

Mire a mis lados y los gemelos estaban dirigiendo miradas acusadoras hacia mi.

–Primero no se qué hace aquí, y segundo sois unos idiotas, por supuesto que no me gusta Draco Imbécil Malfoy.

–¿Y entonces por qué lo miras así?– preguntó Fred.

–Porque se me hace raro verle aquí, y no le estoy mirando de manera rara.

–Si tu lo dices– dijo George.

Draco y Snape terminaron su conversación, después los dos empezaron a andar en nuestra dirección, me imaginé que se dirigirían a la puertaz pero estos se pararon en nuestra mesa. Draco tenía la cara extrañada y Snape tenía su cara de asco de siempre, pero esta estaba acompañada de una sonrisa maliciosa.

–Señorita Bones, como su castigo no a sido tan duro como tenía que serlo, ya que el señor Weasley la ayudó y, aunque me duela decirlo, es usted aceptable en la clase de pociones. Tendrá que ayudar al señor Malfoy a ponerse al día, ya que con la lesión en su brazo no ha podido realizar algunas pociones.

Me quedé paralizada, escuchaba las palabras que Snape me decía, pero mi mente no las procesaba o más bien, no las quería procesar.
Sin más Snape se dió la vuelta y volvió a su escritorio, sin dejarme tiempo a responder o a Draco, que parecía tan atónito como yo, a quejarse. Este se fue también se fue lo más rápido que pudo del aula.

–¿Que acaba de pasar?– preguntó George perplejo.

–No lo sé– dijo Fred.

–Que ahora soy la tutora de Draco en porciones– dije sin quitar la vista de la mesa y con voz de ultratumba.

Pasé la clase de pociones dandole vueltas a las palabras de Sanpe, como quería que le enseñará pociones a Draco, A DRACO.
Cuando acabó la clase me levanté decididamente y me dirigí a hablar con Snape.

–Profesor, no creo que sea buena idea que enseñe al señor Malfoy pociones.

–¿Y eso porqué?– dijo sin mirarme.

Mi Guardián De La Noche [Remus Lupin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora