Capítulo 30

1K 66 4
                                    

En la sala ya se encontraban Klaus y Lysandro. Estaban sentados en el escalón que elevaba ligeramente la parte central de la sala, donde se encontraban todos los instrumentos, parecía que se estaban riendo justo antes de que abriéramos la puerta.

-¿Dónde os habíais metido?- preguntó Klaus y se levantó apresuradamente.

-Creí que necesitaríais tiempo para hablar- Lysandro me miró y me sonrió, parecía que todo había ido bien-. Bueno, ha ensayar.

El peliblanco y yo enseñamos a los demás algunas canciones que habíamos escogido para la actuación, los gemelos se quejaron de algunas porque eran "demasiado cursis", pero a los demás nos parecieron bien la mayoría y hubo otras aportaciones.

-Entonces ya las tenemos, ¿Verdad?- dijo Klaus.

-Si, aunque sigo creyendo que la gente no va ha disfrutar con canciones de amores perdidos- se indignó Fred.

-Cállate pelirrojo- contesté.

-Ahora habría que enseñársela a McGonagall, ¿Verdad?- dijo el otro tejón.

-Tú lo has dicho, habría, pero no lo vamos a hacer-George pasó su brazo por el hombro de Lysandro.

-Porque entonces nos diría de quitar algunas porque...- continuó Fred.

-No son adecuadas- dijeron al unísono los gemelos.

Yo sonreí como cuando me proponían hacer alguna travesura, y a Klaus también pareció gustarle, en cambio el peliblanco no parecía gustarle la idea pero no dijo nada al respecto, por lo que esa misma mañana empezamos a ensayar.

La Semana Santa se pasó rápido, no pude ver a Harry, Ron y Hermione, porque a los alumnos de tercero les habían puesto más deberes que a los de ningún otro curso. Nosotros nos pasábamos las tardes en la sala de ensayos y por la noche iba a la habitación de Remus y nos pasábamos la mayoría de las horas charlando de todo lo que se nos pasaba por la cabeza.

Lupin estaba tumbado con la cabeza apoyada en la cabecera de la cama, y con su pierna derecha flexionada, llevaba un pantalón de cuadros de pijama y el torso al aire. Yo estaba al lado suya, con mi, ahora habitual, camiseta de pijama con una luna. Mi brazo pasaba por su cintura, su mano se posaba en la mía y la otra en la cadera.

-No quiero que esto se acabe- soltó.

-¿Por qué debería hacerlo?-pregunté y le miré, su mirada se perdía hacia el frente sin fijarse en algo concreto.

-Todo lo que quiero se acaba, se rompe o se muere- su mano derecha dejo mi cuerpo y la puso sobre su pierna flexionada, mientras se giraba con una sonrisa triste.

-Yo no me iré, no vas a librarte de mí tan fácilmente.

-Eso espero- me beso y volvió a colocar su mano en mi cintura. Me acomode en su pecho.

-¿Me esperarás hasta que acabe Hogwarts?- dije escondida en su pecho.

-Sí- su respuesta tardó en llegar, y después me atrajo más hacia él.

•••••••••••••••••

El sábado después de Semana Santa sería decisivo, o al menos eso era lo que decían los gemelos, era la final de Quidditch, Gryffindor contra Slytherin, por lo que se negaron a ensayar con nosotros.

-Como no vayamos a entrenar Oliver nos asesinara- dijo Fred.

-Está fuera de sí, a veces tenemos miedo de que se le vaya la pinza- comentó George.

-A lo mejor al que se le va la pinza es a mí, no sabemos la mitad de las canciones- se quejó Klaus, quien estaba sentado junto al otro tejón.

- Tu das menos miedo que Wood.

Mi Guardián De La Noche [Remus Lupin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora