Capítulo 15

1.2K 106 8
                                    

Salí de mi habitación con el trabajo de los hombres lobo y bajé por las escaleras a la Sala Común. Cuando iba a salir, una mano se posó sobre mi brazo y tiró de mi haciendo que los pergaminos que tenía cayeran al suelo.

–Perdón– dijo el consecuente del accidente.

Giré y me encontré con Draco, quien aun seguía sujetando mi brazo firmemente y me miraba desde arriba, aunque él fuera dos años menor que yo era un par de centímetros mas alto, le miré con despreció.

–¿Qué quieres?– dije liberándome de su agarre, y con tono seco. 

Me agaché, pero antes de poder agarrar los pergaminos sus manos se adelantaron y los cogieron primero. Me los ofreció y yo los agarré con mala gana.

–¿Ahora tengo que darte las gracias?

– Mira, estoy intentando ser amable, pero me lo estas poniendo muy difícil. Solo quiero saber cuándo vamos a empezar a estudiar pociones. 

– No lo sé, pero ahora no. Así que si me disculpas.– giré sobre mis talones y cuando di mi primer paso su mano volvió a envolver mi brazo. 

–Puedes contestarme. Sera más rápido y no te volveré a molestar.

Suspiré, sabiendo que tenía razón. Me giré y mirándole con cansancio.

–Cuanto antes empecemos, antes acabaremos. Te parece bien mañana después de clase, con suerte antes de navidad ya habremos terminado.

–Me viene bien. Te espero en el campo de Quiddith.

Le miré extrañada, pero este solo me soltó y camino hacia el centro de la sala, a un sillón al lado de donde se encontraba Pansy Parkinson. Observé como caminaba hacia allí y se sentaba aún con duda, después me giré con el trabajo en la mano y salí de la Sala Común. Camine por pasillos abarrotados de gente y algunos Hufflepuf con los que había intercambiado alguna palabra en la comida me saludaron. Antes de girar en el pasillo para llegar al aula de DCAO vi una sombra negra cruzar en este. Entre en el pasillo y, al contrario de los otros, estaba desértico, la única cosa que había era un perro negro corriendo por él, el mismo perro que se encontraba en las gradas de Quidditch cuando Harry salió herido, y el mismo que había visto cuando los dementores me atacaron en el patio. El corazón se me paró por un momento cuando lo vi, mi cuerpo se petrificó. El perro giró a una habitación en la que nunca había estado, debía de ser un aula abandonada o algo similar. Quería seguirle pero mi cuerpo no me permitía moverme, ¿Era el Grim?
El perro salió de mi campo de visión y me relajé, camine silenciosamente hasta la habitación en la que se había metido, agarré el pomo de la puerta y empujé.

–¿Anne?– me llamó alguien desde el otro lado del pasillo.

No hice caso y entré a la sala, estaba oscura y había algunas mesas y sillas apiladas, había cuadros y trastos, pero no había ningún perro. Mi respiración se volvió agitada, empezé a hiperventilar cuando una mano agarró mi antebrazo,  di un salto por el susto y me deshice del agarre deslizándome hacia una pared, dejando caer lo que tenía en las manos. Moví una de éstas rápidamente hacia el bolsillo de mi túnica mientras el sujeto se acercaba a mi, la poca luz que había solo me permitía ver su figura, era alto y poco a poco se acercaba a mi. Agarré mi varita fuértemente y la saqué de mi bolsillo, apunte hacia su rostro y pronuncié,

–Lumus.

La sala y su rostro se iluminó por una luz cegadora, vi como movió su cabeza hacia un lado a la vez que cerraba los ojos pero no se movió del sitio. Por otro lado me pareció oír un ruido proveniente del lado contrario a la puerta, pero no sabía si era mi imaginación o si de verdad el ruido había ocurrido. Me fijé mejor en el rostro que había en frente mío y vi las cicatrices y el pelo castaño decorado con canas del contrario, y acto seguido, después de que este girara su cara hacia mi de nuevo y abriera los ojos, vi el celeste iluminado por la luz de mi barita.

Mi Guardián De La Noche [Remus Lupin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora