Un parpadeo. Una intensa luz que la obligó a abrir los ojos y cerrarlos de inmediato.
Solo un parpadeo lo cambió todo.
Un segundo estaba frente a un akuma con una batalla perdida, y al otro pudo ver, en cuanto su visión se acostumbró a la escasa luz, que estaba en su habitación frente a su propio reflejo en el cristal de su ventana.
En la misma posición en la que había estado casi toda la noche, en un tortuoso insomnio recordando aquel viaje con Bunnix, recargada en su barbilla viendo la luna moverse por el cielo hasta desaparecer. Era de noche todavía, pero a juzgar por lo oscuro del cielo era seguro que no tardaba en amanecer.
— ¿Será normal que esto deje de sorprenderme? —Se preguntó en su mente cuando se dio cuenta de que, de nueva cuenta, el día se había rebobinado. Era miércoles en la mañana de nuevo, solo que bastante más temprano que la primera vez.
¿Porqué fui tan cobarde? ¿Porqué no luché ni un poco? ¿Qué me detuvo?
Su mente estaba revuelta. Pero si algo le quedaba claro, es que Adrien y Chat Noir, más que una fortaleza, se estaban convirtiendo en su debilidad. Lo supo en el momento en el que se quedó sin ambos y simplemente ya no pudo seguir. Siendo la guardiana de la caja eso era algo que no se podía permitir.
Tikki dormía plácidamente junto a ella, en un pequeño cojín. Algunos otros Kwamis se desparramaban en el resto de los escondites de la habitación, siendo apenas visibles por ella que conocía todos los lugares donde se ocultaban. Todo estaba en orden, en un perfecto y armonioso silencio, solo quebrado de vez en cuando por tiernos ronroneos o pequeños ronquidos de sus compañeros de habitación. Nadie hubiera imaginado entonces el caos que vendría unas horas mas tarde.
Se levantó, con mucho cuidado de no despertar a ninguno de ellos. A pesar de que aún no dormía no se sentía cansada, de hecho en su cuerpo aún sentía los vestigios de adrenalina de la batalla con Blur Clair, lo que le hizo darse cuenta que en verdad, había una conexión no solo mental con esos momentos, sino también física.
Se acercó al cajón donde guardaba la caja de los miraculous, la sacó y la vio con detenimiento. Si Blur Clair iba a presentarse en la mañana, necesitaba un plan, y uno bueno.
Sabía que aparecería temprano, pero no sabía donde. Así que, si algo necesitaba, con urgencia era...
—Tiempo —Dijo en voz alta, sosteniendo el miraculous del conejo entre sus manos. —Lo que necesito es tiempo. ¿Cómo no lo pensé antes?
Se mantuvo en la misma posición, frente a la caja, hasta que pasó al menos una hora y sus mágicos compañeros se fueron despertando de uno en uno.
— ¿Marinette? — Le llamó Tikki, en cuanto estuvo consciente y la vio despierta y alerta. Sabiendo de inmediato solo por el hecho de que su portadora había despertado primero que este no sería un día normal —¿Está todo bien?
— Vendrá un akuma. Es fuerte, como ningún otro. Y la única arma que puede funcionar contra ella es el tiempo. —Contestó Marinette, en un estado que iba de la alerta a la incoherencia, poquito de ambos.
— ¿Qué piensas hacer? —Preguntó la motita roja al ver el reloj en la palma de su mano, a sabiendas de que no debía preguntar de donde había venido tal información, cuando era más que obvio que estaba siendo víctima de un día repetido de nuevo. Tikki comenzaba a angustiarse por los estragos que esto podría traer a la mente de su portadora, más al ver su actitud dispersa.
— Sabemos que esto le pertenece a Alix, y creo que es tiempo de dárselo. Si sigo retrocediendo en el tiempo debe ser algo que a ella le corresponde arreglar. Y si la Bunnix del futuro aún no viene, entonces yo traeré a la Alix del presente. —Respondió con decisión, apretando en su pecho el miraculous que podía arreglarlo todo.
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Te encontraré #MLB
Fanfiction¿Alguna vez has iniciado una historia desde el final? Enlazando recuerdos de cosas que aún no suceden, una a una hasta que la escalera del tiempo termine de armarse, y entonces puedas caer por ella como Alicia por la madriguera. Buscando lo que aún...