Hombre orquesta

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— ¡Ladybug y Chat Noir! ¡Vengan y entréguenme sus miraculous! ¡Celui Orchestre quiere darles un espectáculo que jamás olvidarán! 

— Ya lo escuchaste Mi Lady ¡El tipo se sabe nuestra canción!

— Si, pero le falta afinarse bien para enfrentarse a nosotros gatito. — Ambos hicieron posición de defensa frente al nuevo enemigo.

En medio de la muchedumbre apareció un curioso akuma. Un hombre con traje multicolor de bufón de la edad media, con todo y un ridículo sombrero con cinco puntas y un cascabel colgando en cada una de ellas. El villano cargaba con una serie de instrumentos adheridos a todo su cuerpo con cables y cuerdas, al más puro estilo de los "One man band". Sin embargo, la gracia que el enemigo pudiera causarles se veía opacada cuando dio muestra de sus poderes. Al tocar una melodía con alguno de sus instrumentos lograba lanzar ataques en forma de notas musicales de colores que al chocar con las personas los ponía en un trance inmediato, haciéndolos presas de su voluntad.

A algunos los hacía reír a carcajadas, a otros llorar a lágrima suelta. A los más afortunados los dormía y a los que a la vista eran los más grandes y fuertes los hacía tomar posición de defensa a su alrededor, convirtiéndolos en su guardia personal. 

— ¡Deja en paz a la gente y enfréntate con alguien que pueda llevarte el ritmo! — Gritó Chat Noir con altivez y gracia, tratando de ocultar su genuina preocupación, rompiendo con su bastón los ataques que dirigía a los civiles.

— Y si no ¿Qué? ¿Tú me vas a marcar el compás? — Preguntó el villano al momento de lanzar una clave de fa color verde al joven héroe con ayuda de una pandereta, que por fortuna pudo evadir con ayuda del escudo que formaba su bastón.

— Cobarde vGruñón entre dientes en héroe en traje negro, al ver al villano esconderse entre el grupo de gente que mantenía a su merced gracias a un montón de claves de sol amarillas salidas de unos cascabeles en sus tobillos y que previamente les había lanzado.

Un momento de lucha los llevó a imaginar que el akuma se encontraba en alguno de sus instrumentos, sin saber en cual exactamente todavía. Aún así, la heroína invocó su amuleto encantado para descubrir que le había dado una enorme tuba roja con puntos negros.

— Así que... ¿Es algo así como enfrentar fuego con fuego Mi Lady? ¿O será una arma acorde  a la situación—Preguntó Chat Noir con gracia al ver el objeto.

— Parece que si  ¿Pero cómo? 

No tuvo mucho tiempo para meditarlo, porque los ciudadanos hipnotizados comenzaron a atacarlos.

Ladybug trataba de asestar un ataque con su yoyo, o al menos de alejar a los ciudadanos lo suficiente para acercarse, pero al golpear a uno de ellos con su arma y lograr que sangrara de una herida en su cabeza, su culpa pudo más que su furia y no quiso seguir intentando. El civil herido sin inmutarse trataba de atacarla, como si tuviera algún poder con el cual hacerle frente, pero el miedo a volver a lastimarlo era el suficiente para que Ladybug diera pasos hacia atrás en lugar de enfrentarlo.

Celui Orchestre aprovechó el momento de titubeo de la heroína; con la ayuda de la flauta de pan que colgaba justo frente a su boca formó una corchea azul y con los cascabeles una clave de sol amarilla; siendo la primera la que impactara de frente a Ladybug mientras trataba de evadir la segunda, haciéndola caer hacía atrás con ambas manos en el rostro.

—  ¿Estás bien Mi Lady? — Preguntó Chat Noir posicionándose junto a ella y cubriéndolos a ambos con su arma de los ataques que continuaba lanzando el enemigo.

— ¡No! ¡No estoy bien! — Respondió Ladybug con el rostro cubierto de lágrimas.

— ¿Qué pasa? ¿Estás herida? — Cuestionó haciendo girar su bastón hacia todas partes, tratando de mantenerlos a ambos a salvo.

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