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Los días comenzaban a ser más fríos y tétricos

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Los días comenzaban a ser más fríos y tétricos. Para ser principios de Junio el clima estaba muy diferente en comparación a los años anteriores.

El mal se estaba expandiendo de a poco. Por suerte para quienes estaban del lado bueno, la oscuridad no los había consumido en su totalidad.

Los Mortifagos se habían relajado con los ataques en los pueblos de Inglaterra, tampoco habían atacado hogares de gente muggle, "Sangres sucia" o "Traidores a la sangre".

Los seguidores de Voldemort estaban ocupados intentando reclutar más magos, brujas y criaturas mágicas.

El que no debe ser nombrado estaba empeñado en tener a su lado a criaturas mágicas peligrosas. Acromántulas, Hombres Lobo, Gigantes y Dementores eran los de su preferencia.

Los Merodeadores intentaban no preocuparse mucho por el momento. Ellos ya tenían claro a qué lado pertenecían y todos coincidían, a excepción de alguien.

Los chicos querían aprovechar su juventud ahora que podían. El "estado de relax" que estaban teniendo los Mortifagos hacía que ellos aprovechen el tiempo para hacer lo que más les gustaba.

El grupo tenía planeado más de una actividad, querían pasar el mayor tiempo juntos antes de tener que luchar. Ellos estaban seguros de que más de una vez tendrían que enfrentarse cara a cara con el mal.

–¿Estás lista? Sabes que podemos irnos.

Alex suspiró e hizo una mueca mientras sentía las caricias que James le brindaba en su mano izquierda.

Estaban parados frente a la casa de Alex. Ella no había vuelto al lugar luego del ataque, estaba evitando regresar allí.

Alex estaba asustada. Sabía que al ingresar vería el lugar arruinado y vacío. Las cosas seguirían estando allí, tal vez rotas o desacomodadas, pero su abuela no estaría.

Recordaba ingresar y encontrarse con Martha, casi siempre llevaba un delantal y un aroma a comida casera inundaba el lugar.

Alexandra entraría y sería recibida por los brazos de la mujer, luego se sentaría en la mesa de la cocina y se deleitaría con la comida hogareña.

Su abuela la molestaría con James, estaba segura. Ellos ya eran novios, y por suerte Martha falleció sabiendo que el par estaba en pareja, pero todos saben que la mujer la seguiría molestando.

Alexandra sabía que debía dejar el miedo de lado y entrar, debía superarlo.

–Si, está bien. Entremos.

El azabache sonrió a medias y comenzó a caminar hacia la puerta de color marrón oscuro.

James soltó a Alex para dirigir su mano al bolsillo derecho de su chaqueta. Euphemia le había entregado la llave para que ambos vayan a buscar las pertenencias de la chica cuando esté lista.

THANTOPHOBIA; James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora