❝Tipo de ansiedad que tiene que ver con el miedo a la muerte, el proceso de morir o perder a un ser querido.❞
Con la llegada de la guerra, James Potter tiene miedo de perder a las personas que ama.
Hay gente que tiene miedo de morir, el simple hecho...
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Todos se encontraban en la casa de Alex y James. Lily, Marlene, Dorcas, Sam, Sirius, Remus y los dueños de la casa estaban sentados en la mesa de la cocina tomando té.
Alexandra estaba un poco preocupada, ya que Sam abandonó sus estudios de Hogwarts sin previo aviso. Él no le había enviado una carta o algo similar, parecía improvisado.
–Está todo bien, ¿verdad? –le preguntó Alex a Sam.
Todos miraron al chico esperando que él cuente lo sucedido.
–Si, todo está bien. –sonrió levemente. –Pero atacaron mi hogar.
Varios jadeos se oyeron en el lugar.
–¿Qué? Pero...
–Están bien. –dijo Sam interrumpiendo a Dorcas. –Por suerte mis padres no se encontraban en casa, no salieron lastimados.
–¿Huyeron?
–Si. –le respondió a Alex. –Salieron del país, fue algo improvisado y a último momento. El ataque ocurrió ayer, no me dieron tiempo a despedirme.
Todos hicieron una pequeña mueca, quedándose en silencio al notar la mirada algo triste del rubio.
–En fin, agradezco que todos estén bien. Hablé con Dumbledore y prácticamente rogué para no irme con ellos, ya soy mayor, por ende pude unirme a la Órden. Mis padres no estuvieron muy de acuerdo, pero tampoco pudieron ofrecer mucha resistencia ya que estaban en apuros.
–Es bueno que estés bien, y tomaron una buena decisión al irse. –comentó Lily.
–Podrás estar con nosotros. –dijo Sirius. –¿Qué mejor que eso? Te bendecimos con nuestra compañía.
Sam soltó una risa y acomodó su cabello.
–Bueno, espero no caerles mal. –dijo elevando una ceja. –Creía que me odiaban.
–Oh no, nosotros no te odiamos. –dijo Remus. –James lo hacía, a nosotros nos caes bien.
–¡Hey! Yo no lo odio.
–Lo hacías. –recalcó Sirius.
Sam apretó sus labios reprimiendo una carcajada y miró a James esperando una respuesta, pero el azabache mantenía su mirada fulminante sobre Remus.
–Ayúdame. –dijo mirando a Alexandra.
–No, Remus tiene razón.
–¡Pero yo..!
–Admítelo, Potter. –dijo Sam con un suspiro de por medio.
–Bieeen. –gruñó por lo bajo. –Te odiaba un poco, pero...
Sirius lo interrumpió aclarando su garganta.
–Bueno, te odiaba bastante. –se corrigió a sí mismo. –Pero ya no. Me caes bien.
