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Nota: Para escribir este capítulo me inspire con la canción Visions of Gideon y Fourth of July, si quieren pueden escucharlas mientras leen, o escuchar una canción similar para entrar en ambiente

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Nota: Para escribir este capítulo me inspire con la canción Visions of Gideon y Fourth of July, si quieren pueden escucharlas mientras leen, o escuchar una canción similar para entrar en ambiente.






Las manos de Remus temblaron furiosamente mientras veía a su mejor amiga en el suelo, con sangre y heridas demasiado profundas.

Rápidamente se levantó y caminó hasta ella, colocándose a su lado y poniendo sus manos en su torso para intentar frenar la salida del líquido rojo intenso.

–E-estás bien, estás bien. Solo... –Remus reprimió las lágrimas y tanteó en sus bolsillos para buscar su varita. Al ver que no la tenía consigo, miró a su alrededor. Se arrastró unos pocos metros al verla a un costado, se le había caído al ser atacado con la maldición.

–Remus...

–Tranquila.

Alex cerró sus ojos con fuerza, el dolor era insoportable. Respiró hondo y soltó un pequeño sollozo, sentía su cuerpo entumecido.

Remus lanzó chispas rojas al aire, esperando y rogando que alguien haga presencia lo antes posible.

Lo que no sabía, era que absolutamente todos los integrantes de la Órden estaban en una intensa lucha con mortífagos, bastante lejos de donde se encontraban.

–Necesito... algún hechizo de curación, y-yo no...

–Remus...

–Espera, espera. –rogó volviendo a colocar sus manos en su torso intentando reprimir la salida de la sangre.

Remus no pudo reprimir más sus lágrimas, y soltó un sollozo al sentir que la desesperación lo consumía. No sabía que hacer para arreglar lo que había sucedido, su cabeza no procesaba aquello.

–¡Necesito ayuda aquí! ¡Por favor! –gritó desesperado al ver que nadie hacía presencia. –Por favor. –rogó esta vez en voz baja comenzando a llorar más fuerte.

James y Lily, que se encontraban bastante lejos, habían comenzado a correr hacia su ubicación. El ver las chispas rojas y el cambio de color en el brazalete de James los había alarmado.

–Remus, escuchame, no hay solución. –habló forzadamente mientras tomaba su mano, rogando que la escuche.

Remus negó con su cabeza, riendo de forma nerviosa. Dirigió sus manos a su cabello y comenzó a tirar de este con fuerza, manchando el mismo con la sangre de Alexandra.

–Vamos, Eyad, no bromees. Siempre hay una solución ¿me oyes? Por favor, n-no... tú solo quédate quieta e intenta no cerrar los ojos. –limpió sus lágrimas con los puños de su abrigo. –Y-yo...

–¡Lunático!

Remus giró y miró a James con desesperación. Se levantó y caminó hasta él, cojeando.

THANTOPHOBIA; James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora