-Capítulo 3-

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Jueves, jueves, jueves, querido jueves. Te preguntarás por qué estaba tan feliz, ¿no? Bueno, al fin es jueves y mañana no van a haber clases por una junta de docentes. Esto quiere decir que hoy es el último día de la semana universitaria. Aleluya. Sí, sé que esta es la primer semana, pero hay muchos exámenes por esa misma razón.

Luego de cambiarme, bajé alegremente las escaleras y me encontré con que no había nadie en la sala. Me encogí de hombros y fue a por el cereal. En la caja había una nota:

"Addy, me tuve que ir a trabajar más temprano porque Gregor se enfermó. Caleb me avisó que se iba a ir a la mañana a la casa de Lizzie y que luego iban juntos para la universidad. Genial, ¿cómo voy a ir yo?, pensé Si te estás preguntando como vas a ir vos, puedes ir caminando o tomar el autobús. Deja un poco el auto y haz ejercicio mujer -Sonreí-. A la noche tenemos una cena importante. Mi novia y sus dos hijos -Papá tenía novia y no me dijo-No les conté porque no sabía si iba a ser algo duradero y no les quería dar falsas ilusiones.

Te dejé plata en la mesa del living para que compres un vestido bonito. Vamos a un restaurante elegante, compra algo adecuado.

Nos vemos, te quiere: Papi".

Vi mi reloj y salté de mi silla; si no salía ahora iba a llegar tarde. Seguí el consejo de mi padre y tomé la bici negra de Caleb; supuse no le molestaría.

Luego de cincuenta minutos, llegué. Sedienta, pero llegué ¡Ave María!

Le puse el candado a la bici y entré por las puertas de vidrio.

Divisé a Jake hablando con alguien, pero lo que me llamó la atención fue que en su mano había una botella de agua. Sin pensármelo dos veces, se la arrebaté y me la bebí toda.

-Muchas gracias, Jake -le agradecí cuando le devolví su botella sin una gota de líquido.

-¿Vienes del desierto? -preguntó con una sonrisa; le pegué con mi palma en su nuca.

-Idiota. No, mi hermano salió temprano y tuve que venir en bicicleta porque, a diferencia de ti, a mí n no me han regalado un auto.

-Vale, vale. Y que quede claro: el auto lo compré con mi trabajo y esfuerzo ¡Porque no soy un vago como tú!

-Si tú lo dices -Miré a mis alrededores y al notar un vacío, pregunté-: ¿Has visto a Anna?

-No. Le mandé un WhatsApp y dijo que no iba a poder venir porque estaba con dolor de cabeza.

-Oh, okey.

Me metí en mi primera clase cuando la campana sonó.

El profesor, un hombre bajito y regordete, decidió hacer un examen sorpresa.

Media hora más tarde, mi examen estaba listo y entregado; puedo agregar con orgullo que me había preparado para este tipo de cosas.

Como quedaban cuarenta minutos para que la clase terminase, me puse a dibujar mi entorno: dibujé al profesor con sus anteojos, mirando serio y dibujé a algunos alumnos macheteándose, otros haciendo concentradamente su examen y a algunos que ya habían terminado y estaban con sus celulares.

Me encantaba dibujar. Tenía muchas carpetas en mi habitación con dibujos; dibujos de mi padre, mi familia, los recuerdos de mi madre -La dibujé cuando estaba tirada en el piso con vidrios incrustados en su cara y un hombre apuntándole; la dibujé cuando se la llevaron y luego dibujé la sala vacía, expresando la soledad que sentí en ese momento y la tristeza-.

Mediante los dibujos se pueden expresar muchos sentimientos, aunque haya gente que no lo entiende de esa manera.

Después de clases me pasé por la casa de Anna, a quien ya se le había pasado el dolor de cabeza. Le pedí que me acompañase a elegir un vestido y le expliqué la ocasión. Rápidamente agarró las llaves de su casa y de su auto. Metí la bici en la cajuela y nos fuimos al centro comercial.

Secretos PeligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora