-Capítulo 19-

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Aaron: Jajajaj, debiste ver tu cara Ad. Te lo dije, eres muy ingenua. ¿Acaso crees que estoy taaaan loco? Por cierto, sigo oyendo tus latidos acelerados como si fuera un concierto de rock.

Mis músculos se aflojaron instantáneamente. Imbécil.

Yo: Eres un estúpido, Aaron. ¿Qué demonios te pasó por la cabeza para hacer eso? ¿Cuál es tu maldito problema?

Aaron: ¿Lo lamento?

No contesté. Ya me había hecho enojar con su broma de mal gusto. De vuelta el celular vibró.

Aaron: ¿Por qué algo me dice que estás enojada?

Seguí sin contestar. Él no estaba equivocado, yo estaba enojada... y mucho. Me quedé boca abajo en mi cama y abracé a mi almohada. Escuché unos pasos y cerré los ojos. Segundos después, la puerta de mi habitación se abrió violentamente.

—Desenójate —ordenó Aaron. Gruñí en respuesta a su rara orden. Sentí cómo la cama se hundió bajo su peso—. Lo lamento, Ad. No creí que te tomarías tan mal una broma.

— ¿A eso le llamas broma? —pregunté mientras giraba mi cabeza de modo que él no podría verme.

—Tal vez una broma pesada —Quedé muda—. Te estás comportando como una adolescente de dieciséis años.

—¿Y tú?

—Como uno de quince —Reí suavemente. No creí que lo admitiría.

—¡Reíste! Eso significa que me perdonas —Me senté de manera rápida.

—¿Qué? ¡No! El hecho que haya reído no significa que te perdone —Me crucé de brazos. Él me lanzó una mirada de astucia antes de lanzarse a por mí—. ¡Demonios! ¡Salte de encima, animal! —le gritaba mientras reía/lloraba/gritaba con sus cosquillas.

—¡Perdóname! —pidió a cambio.

—¡Ja..ja..más!

—Puedo estar todo el día haciendo esto, Adeline Withmore —Cuando mencionó mi antiguo apellido, dejé de pedir que me soltara. Simplemente la palabra "Withmore" me hizo pensar en el sueño que tuve hoy; en el recuerdo, mejor dicho—. ¿Qué pasa? —preguntó ante mi repentino cambio de actitud y me dejó tranquila.

—Nada —Le di una sonrisa tranquilizadora.

—Esa sonrisa no funciona conmigo, Ad. Yo siento tus emociones, no lo olvides. ¿Qué pasa?

—No me gusta que me llamen por mi antiguo apellido —confesé. No me gustaba por el hecho de que me traía muchos recuerdos de mi madre. Aaron sumó dos más dos.

—¿La extrañas demasiado? —preguntó aún arriba mío.

—Siempre —admití—. A veces sueño con ella.

—¿Es por eso que hoy llorabas? —preguntó, frunciendo su ceño. Traté de salir de abajo suyo; pero él sujetó mis muñecas.

—No estaba llorando —me defendí.

—¿Qué te dije hace unos minutos? —"Yo siento tus emociones, no lo olvides".

—Contigo no se pude tener privacidad, Aaron —Cerré los ojos y giré mi cara hacia la derecha. Creí que me dejaría en paz, pero me equivoqué.

—¿Entonces? ¿Qué pasó cuando llegamos? —No le contesté y él liberó mis manos y se recostó a mi lado.

—Iré a tomar una ducha —dije para poder escapar. Me levanté y antes de cerrar la puerta detrás de mí, le miré y contesté su pregunta—. Sí, era por ella.

Secretos PeligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora