QUINTO DÍA
Luego de los ejercicios normales, volvimos con la insistencia de Jake.
—Al piso y dame veinte —volvió a ladrar.
—Sabes que n... —
—Dije: Al piso y dame veinte.
—Pero, Jak... —
—¿Acaso te quedaste sorda, Addy? AL PISO Y DAME VEINTE.
—Pero no grites, demonios —casi le grito; pero me contuve.
Su cara me dijo que iba a gritarme de vuelta, por lo que antes de que eso pasara me tiré al piso y repetí los pasos de ayer. Cuando mis brazos estuvieron absolutamente extendidos Jake habló.
—Uno.
Bajé y... choqué, de vuelta.
—Hazlo de vuelta —me preparé. Llegué a la cima—. Uno—repitió él, llevando la cuenta de mis flexiones. Volví a caer—. De vuelta. Uno... —lo mismo—. Todavía no vi uno. De vuelta. Uno.... —Adivinarán que es lo que pasó—. Un panda con sobre peso lo hace mejor que tu. ¿Acaso la pizza de ayer te cayó mal?
—¿Disculpa? —pregunté con el sol dándome justo en los ojos.
—Es decir, no es tan difícil. Tan solo flexionas y estiras, flexionas y estiras. ¿Acaso tu promedio en matemática no era el mejor? Aplica un poco de conocimientos.
Mi amigo empezaba a enojarme.
—Mira, te demostraré como se hace —y para darle énfasis a sus palabras, lo hizo con una mano sola—¿Hola?¿Hay alguien dentro de esa cabeza de elefante?
—Basta, Jake... —advertí.
—Eres completamente inútil.
—Es terreno peligroso —murmuré; sin embargo, él continuó hablando.
—En serio. No puedes si quiera correr un par de vueltas sin caer inconsciente —le lancé una mirada. En serio, me sacaba de mis casillas—. Te pido que hagas lagartijas y no puedes. Trato de enseñarte técnicas de combate pero tus brazos son demasiado débiles como para hacer algo bien. Eres completamente inútil, Adeline. Me dieron una arcilla sumamente sosa para trabajar. No se te puede moldear. ¿Y sabes por qué?
—Para de hablar.
—Porque eres D.E.B.I.L
—Mejor cálmate, me estás cabreando.
—INÚTIL.
—Cállate.
—Una carga. ¿Y te haces llamar hechicera? Debería darte vergüenza usar aquel título. Apenas si humana eres.
—TE DIJE QUE TE CALLARAS JAKE —le grité con todas mis fuerzas. No iba a permitir que me insultaran de tal manera. Estaba tan enojada que quise hacerle daño. No mucho...pero daño, al fin y al cabo .
Moví mi mano rápidamente, sin saber cuál era el efecto que quería obtener. Lo que pasó fue que un árbol se cayó, por el muy fuerte viento que generé, cayendo directamente hacia mi amigo; pero éste se movió lo suficientemente rápido como para no quedar aplastado bajo la manta de hojas y ramas.
Repito: No era mi intención hacer mucho daño, pero... bueno, no logro controlar mis poderes nuevos. Me puse feliz por dentro por haber podido utilizarlos. La ira, al fin y al cabo, era mi mejor amiga.
Levanté la vista hacia Jake y él me miraba con ojos abiertos como platos.
—Woaw, Adeline. Aaron me dijo que tus habilidades provenían de tu ira pero quería verlo con mis propios ojos. Perdona si me pase.
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Secretos Peligrosos
FantasyCuando Adeline Wilson se va de vacaciones, presencia una situación fuera de lo común que la deja desconcertada. Luego de que las imágenes queden grabadas a fuego en su mente, empiezan a asustarla y seguirla. Ella no sabe quiénes son o qué quieren; s...