┊Sinceridad.

3.4K 272 16
                                    

Habías salido esa tarde con unos amigos, acompañada de tu novio. Te sentías feliz estar rodeada de las personas que conformaban tu vida diaria, y salir de la rutina después de una larga semana de trabajo te hacía sentir bien.

Estabas con tu grupo de amigas, mientras que tu novio estaba del otro lado en la parrilla con el anfitrión de la fiesta. Se encontraban hablando animadamente, por lo que no te preocupabas que se pudiera sentir incómodo, así que te giraste y viste a las chicas hablar.

—Pero bueno, ¿Qué hay de ti, TN? ¿En qué piensas para el futuro?

—No lo sé, casarme y formar una familia. Aunque también tengo contemplado el poder ejercer una segunda carrera y posiblemente disfrutar de mi vida hasta que tenga suficiente y querer formar una familia.

—Sí, pero a lo que me refería era, ¿Con él?—Te sorprendió su pregunta, sin saber la molestia de su tono.

—¿Qué tiene de malo?

—No es nada cariño, solo que... Ya sabes, eres muy hermosa y él es tan, él. Cuando dijiste que habías encontrado a la persona indicada, imaginábamos que sería alguien a tu altura, alguien que valiera la pena y no alguien tan simple como él. No me lo malinterpretes, es lindo pero nada más para unas citas, no para pensar en serio en un matrimonio y una familia, ¿Qué clase de vida le darías a tus hijos? ¿Tú los mantendrías? Apuesto a que no gana en su trabajo, ¿En qué dijiste que trabaja? Probablemente en nada lo suficientemente bueno como para tener esas vestimentas. 

Procesaste sus palabras, sin creer lo que escuchabas. ¿En qué te habías metido? Era la clase de nido de víboras que evitabas entrar por lo mismo, no imaginabas que tus propias amigas, con las que habías convivido en los últimos años y formado ese vínculo, hablaran tan mal de tu pareja. 

—Uh, déjame si entendí bien.—Dejaste el coctel sobre la mesa y la viste directamente.—Mi novio no está a mi altura por no derrochar dinero, por no lucir trajes costosos o presumir del dinero como ustedes lo hacen, ¿Correcto? Hablan por hablar sin conocer que es el mejor abogado en su buffet, y si no usa un maldito traje costoso es porque él mismo se harta de usarlos todo el tiempo, por lo que en la primera ocasión que tiene simplemente se pone algo cómodo y al final de cuentas a ustedes no les debería de importar eso. Yo lo amo y acepto tal y como es, no me importa tales riquezas ni que esté a mi altura, estoy segura que quiero pasar mi vida junto a él porque es un buen hombre, pero él que ustedes solo vean los intereses de sus parejas no significa que también sea igual.

Te levantaste de tu lugar, dispuesta a salir de ahí, pero cuando volteaste viste como él se encontraba a unos pasos detrás de donde te encontrabas, mientras les observaba con detenimiento. Apretó los labios y bajó la mirada, dejando su vaso sobre una de las mesas cerca de la puerta corrediza y entró a la casa. 

Te apresuraste a llegar con él, tomándolo de la mano. —Hey, habla conmigo.

Volteó a verte pero siguió caminando hasta la salida de la casa, donde abrió la puerta y dieron al patio de enfrente, en busca del auto.

—Por favor, cariño. Tienes que hablar conmigo, no te cierres. 

—Simplemente quiero irme de aquí.

Asentiste en comprensión y fueron al auto. El camino fue corto pero lleno de tensión, sabías que él siempre se sentía mal cuando cuestionaban su forma de ser y de personalidad, por lo que esa no era la excepción.

No sabías que tanto había escuchado, pero por su actitud, lo suficiente como para cerrarse. Cuando llegaron, ninguno se bajó del auto, por lo que te quitaste el cinturón y volteaste a verlo.

—No sé que tanto escuchaste, pero yo...

—¿No soy suficiente para ti?

Y un disparo al pecho dolería menos.

—Amor, yo no soy como ellas. Yo me enamoré de ti por tu forma de ser y por la honestidad que desprendes. No aparentas ser alguien que no eres, también porque no presumes nada de lo que tienes ni tienes que gritarlo a los cuatro vientos. Perfectamente puedo decir que eres el ejemplo que le quiero dar a nuestros hijos, porque eres el clase de hombre que siempre esperé tener en mi vida, te amo con todo mi ser y no cambiaría nada de ti, eres perfecto para mi tal y como eres.

Cuando te acercaste y pasaste tu mano por su mejilla, se inclinó ante tu tacto. Aún no te miraba, por lo que decidiste estampar tus labios con los de él, uniéndolos en un cálido beso. El movimiento era delicado y lleno de deseo, enviando leves descargas de electricidad por todo el cuerpo; Tu mano pasó por su cabello y sentiste como su brazo se acopló al contorno de tu cintura, acercándote más hacia él. Era el tipo de beso que los complementaba, combinando el sabor del alcohol y la menta, sintiendo como aquel sol de verano o la calidez de llegar a casa después de un difícil día. Te separaste por falta de aire, pero cuando conectaste tu mirada a la de él, sonreíste al saber que las cosas habían mejorado, no querías que dudara de si mismo ni de su relación.

—Te amo demasiado, y no pienso dejar esto por las habladurías de personas ajenas a nuestra relación.

—Realmente lo siento por actuar así, pero la forma tan convencida que decía todo aquello, no hubo un destello de arrepentimiento ni nada, al principio estaba sorprendido y luego dejé que las palabras me atacaran sin más.

—Está bien, a mi también me tomaron por sorpresa, pero lo que dije allá y acá son mis más sinceros pensamientos. ¿Qué tal si entramos y te sigo demostrando lo tanto que te amo?—Diste un guiño divertido y conseguiste que soltara una risa. 

Habías logrado tu objetivo, y le seguirías demostrando que tanto le amabas a partir de ahora.

✎ Imaginas (I) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora