✎ Imaginas (I) ✓

┊Experimento, pt 3.

(Punto de vista de los sucesos por parte de él)

Ser parte del equipo de fútbol americano podría traer grandes ventajas.

O en su caso, grandes desventajas.

Cuando iba en secundaria no esperaba ser, en cierto modo, popular en la preparatoria. El verano había jugado a su favor y se había desarrollado, hecho ejercicio e interesado por los deportes. Así que cuando entró y vio la convocatoria abierta, decidió intentarlo.

Era un buen jugador, contaba con todo lo necesario y era querido por el equipo; Pero cuando las temporadas de juego eran escasas o solo había entrenamiento, realmente se sentía solitario. Era un equipo, más nunca se sintió bien el compartir su tiempo con ellos, por lo que en los recesos y descansos cuando no había clases, se la pasaba solo.

No era muy social, tampoco alguien al cual las personas recurrían con tal de formar una charla o una amistad. Y nunca deseó ser diferente y definir otro rumbo como en ese momento.

Se encontraba en laboratorio cuando el profesor pidió que miraran a la persona frente suyo y conocieran a sus nuevas parejas para todo el parcial. Todo iba bien, la verdad lo tomaba como su oportunidad de poder conocer a alguien, pero cuando te vio hacer una mueca y eras reacia a querer trabajar con él, se preguntaba que había hecho mal.

Y como si se tratara de echarle más leña al fuego, cuando terminó la clase y trataste de convencer al profesor de cambiarte de compañero, decidió mostrar su mejor faceta y demostrarte que podría con el proyecto asignado.

Paso 1. Demostrar que podría trabajar a la par.

—Entonces... ¿En qué te ayudo?—Cuestionó mientras te veía recoger tus cosas.

—Primero, necesito que definamos en que lugar vamos a trabajar. Debo decir que en mi casa no, al menos que sea nuestra última alternativa porque es un caos, entre mi familia y vecinos chismosos no es lo mejor.

—Puede ser en mi casa, mis padres trabajan todo el día y mi hermano mayor en rara ocasión baja de su habitación, trabajaríamos sin problemas.—Sugirió, tratando de dar un gran aporte para trabajar. 

—Me parece perfecto, ¿Está bien saliendo de clases? Avancemos en todo lo que podamos y no estar a las prisas.

—Está bien, nos vemos en el estacionamiento.—Se despidió cuando te vio marchar, prácticamente corrías a tu siguiente clase.

Y cuando salió del salón, agarró su celular deprisa y marcó el número de la casa.

—¿Hola?

—Marcus, necesito que la casa esté presentable.

—¿Por qué? ¿Traerás a tu novia acaso?

—¡No! Llevaré a mi pareja de laboratorio para trabajar en el proyecto, pero no debe de ser la poca organización que tenemos.

—Oww, ¿Mi hermanito está impresionando a una chica? Me sorprende mucho.

—Cállate, idiota. 

—¿Quieres qué te ayude cuando me estás insultando? Fíjate que no.

—Te pagaré, mi mesada del mes.

—La mesada de cuatro meses.

—¿Estás loco?—Casi gritó, pero un profesor pasaba a su lado. Sonrió y siguió caminando en la dirección opuesta. —Tres meses y si quieres.

—Trato, estará rechinando de limpio.—Dicho eso, colgó.

Ahora esperaba que su hermano cumpliera su parte.