┊Accidente.

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Era la final de la temporada para el equipo de fútbol americano cuando el accidente sucedió. Ibas para apoyar a tu novio, el cuál era uno de los defensores del equipo; Todos se encontraban emocionados por el partido, ya estaban en los últimos minutos cuando dos jugadores del equipo contrario embistieron con fuerza a tu novio, derribándolo bruscamente. 

Sentiste que el tiempo se ralentizó y saliste corriendo de tu lugar para acercarte hasta las primeras gradas y mirar de cerca. Gritaste su nombre,  pero había caído inconsciente. Llamaron a los paramédicos y una ambulancia tuvo que llegar para trasladarlo al hospital más cercano, donde lo acompañaste en todo el recorrido y las enfermeras te habían dejado en la sala de espera.

Cuando habían planeado reunirse en el partido, era con la intención del cierre de la temporada y celebrar una victoria ya asegurada. Todos estaban confiándose de ganar, ya que anteriormente ya habían jugado con ese equipo, sin contar que habían cambiado algunos jugadores y al parecer eran desalmados en la cancha.

Las enfermeras habían dicho que era un simple golpe, que no había que temer a que pasara a mayores. Pero conforme el tiempo iba pasando, temías a que si fuera algo de que preocuparse, por lo que cuando salió el doctor, corriste hacía él.

—¿Cómo está él? ¿Está bien?

—El señor Mason no sufrió de un gran golpe, por suerte. Lo estuvimos monitoreando en caso de cualquier contusión o algún signo que hayamos pasado por alto, pero él acaba de despertar y preguntó por usted. Si gusta acompañarme para llevarlo hasta él.—Cuando asentiste, pasaste por las grandes puertas que dividían la sala de espera y el pasillo para llevar a las habitaciones de los pacientes.

No fue un recorrido largo, ya que al dobla a la derecha se encontraba en la segunda puerta. Te abrió la puerta y entraste rápidamente, feliz de poder verlo.

Tenía algunos cables colgando por su brazos y pecho, pero en lo general se miraba bien. Sonrió cuando te vio y te acercaste hasta él, donde pusiste tu mano sobre su mejilla y juntaste tu frente con la suya.  

—Me diste el susto de mi vida.—Murmuraste cerca suyo.

—Perdón, la verdad no esperaba recibir ese impacto. De casualidad, ¿Ganamos?

—Ganaron solo por ti, todo el equipo está afuera esperando a poder verte. Escuché que sentenciaron a los dos jugadores que te golpearon. Pero no hablemos de eso, ¿Cómo te sientes?

—Estoy bien, sólo me duele un poco el cuerpo. Siento que fui demolido a golpes.

—¿Por qué los hombres son tan dramáticos cuando algo les sucede?—Rodaste los ojos, sonriendo. Te alejaste y te sentaste a su lado, recargando tu brazo cerca de su cabello.

—Hey, mi dolor es justificado.—Sonrió e hizo un puchero.—¿Y por qué estamos haciendo todo esto de hablar, en lugar de descansar?—Envolvió un brazo en tu cintura y te recostó sobre su pecho.

—El horario de visita ya pasó, debería dejarte descansar antes de que una enfermera venga y haga que me vaya.—Intentaste levantarte pero él no te dejó.

—Finjamos estar dormidos. No, tacha eso, hay que estar dormidos, muero de sueño y solamente quiero estar a tu lado.—Recargó su mejilla sobre la cima de tu cabeza y bostezó, envolviéndote en sus brazos. 

Reíste. —Probablemente rompamos esta cama.

—Pero yo solo me refería dormir, cariño. No debemos de hacer nada indecente en el hospital.

Golpeaste su hombro con fuerza. —No me refería a eso, idiota.

Él soltó grandes carcajadas y asintió. —Si tu lo dices, eso será, pero estará en mi memoria que quisiste hacer travesuras cuando tu novio está en el hospital lastimado. 

—Oh por dios, pero que dramático eres.

Ambos rieron y permanecieron abrazados, sin que nadie entrara a interrumpir su momento.

✎ Imaginas (I) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora