Bianca
—¿Cómo que saliste con Felipe ayer? – pregunté a mi amiga, haciendo un intento por no levantar demasiado la voz... y fracasando miserablemente, siendo regañada por la profesora de Filosofía que ya nos había mirado dos veces con mala cara.
—Me escribió después del colegio y como ya había terminado de hacer los trabajos del cole... – se encogió de hombros. —Fuimos a tomar un helado a la heladería esa que queda cerca de la plaza. – sonrió ilusionada.
Mila, que había estado escuchado, se acercó un poco con la silla y me miró frunciendo el ceño. No es que nos gustara hablar a espaldas de Jaz, pero es que nos preocupaba un poco lo inocente que parecía en estas cosas, y a los dos pensábamos que mi colega tatuador, era una mala idea.
—Pero no lo conoces bien, mirá si te hacía algo. – comentó entre susurros. —La próxima vez que quiera verte, que sea en grupo. Nosotros también vamos.
Puse los ojos en blanco.
Claro, como si la chica fuera a querer que los pesados de sus amigos la acompañaran a su cita.
—No va a hacerme nada, es un chico muy bueno. – le discutió con esa ingenuidad que la hacía tan especial. —Muy inteligente además, y creo que le gusto.
—Y cómo no le vas a gustar... – la señalé. Literalmente era una muñequita con sus enormes ojos azules y bonita sonrisa.
—Nunca le había gustado a otro chico. – se encogió de hombros, y la miré extrañada. —No soy como Guillermina y las otras chicas... – miró sobre su hombro con algo de tristeza. —A ellas se les da tan bien, cómo se mueven y cómo son... Yo no podría ser así, no me animo.
—Sos un poco tímida, no tiene nada de malo. – dijo Mila. —Y menos mal que no sos como la pandilla de Guillermina, porque si no, no podría estar sentado a tu lado charlando. – las miró también con una sonrisa socarrona. —Ahora que no las ayudas con las materias se están llevando todo a marzo.
La chica lo miró contrariada y casi pude leer su mente. Se compadecía de las estúpidas que hasta hacía poco la habían estado usando, era increíble. ¿Ven por qué me recordaba tanto a Thiago? Mi novio también tenía esas actitudes desinteresadas con los que menos se lo merecían.
Yo una vez había sido una de esas personas, y a él ni se le había ocurrido dejarme sola...
—Y ¿en qué quedaron con Felipe? – pregunté, inquieta. —¿Se van a volver a ver?
Jaz sonrió con ternura y sacó el celular para mostrarnos que le había estado escribiendo todo ese día. Me jodía tener que admitirlo, pero por lo que le ponía, parecía que de verdad le gustaba y estaba tratándola bien. ¿Al final, tendría que aceptar que no estaba tan mal?
Tendría que darle una oportunidad después de todo. Y si le hacía algo a mi amiga... Bueno, ahí que se cuidara, porque yo no pararía hasta hacérselas pagar.
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2 - Perdón por las mariposas, y las lágrimas
JugendliteraturSinopsis Bianca tiene que repetir su último año de escuela por su pésimo desempeño académico y comportamiento, mientras Thiago cumple su sueño de convertirse en jugador de fútbol profesional. La distancia y la falta de comunicación se suman a otros...