Diez

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— Último día— susurró Mina entre pequeños suspiros cuando el sol la despertó esa mañana—. Disfrútalo, Myoui.

El bullicio en el dormitorio era particularmente alto ese día, miles de amistades intentaban disfrutar desde que despertaron en caso de ser enviados a distintas secciones. A Mina realmente no le preocupaba demasiado, de todas maneras, iba a terminar a tres metros bajo tierra, así que solamente se dedicó a escuchar a Nayeon hablar sin parar durante toda la mañana.

Se vistió con la ropa más cómoda que encontró entre sus cosas, acomodó su cabello, se lavó el rostro y estuvo lista para desayunar. En el camino se encontró con Nayeon, quien la aprisionó inmediatamente en sus brazos y la arrastró hasta el comedor mientras hablaba sin parar, tomó rápidamente comida para ambas y no la soltó hasta que tuvieran un asiento.

— ¿A dónde crees que te envíen? — preguntó la mayor metiendo una cuchara a su boca.

Mina bajó el pedazo de pan para pensarlo un poco, ladeó la cabeza y se perdió en sus pensamientos. No era demasiado buena tratando con las personas, así que sus probabilidades de ser enviada a la Policía Civil eran bajan; sus habilidades de combate eran bastante decentes, pero no lo suficientemente buenas como para ser parte de la Policía Interna, así que probablemente el Ejército Exterior era su única opción, además de la que más solicitudes se necesitaban.

— ¿El Ejército Exterior? — respondió con un poco de duda en su voz—. Soy un cadete bastante decente.

— El único cadete decente es Chaeyoung. — Momo se unió a la conversación robando un poco de pan del plato de Mina—. La mayoría estamos debajo del promedio, seremos enviados en su mayoría al Ejército y algunos pocos a la Civil. No hay realmente mucho de donde elegir.

— Cállate, lo haces sonar deprimente.

— Es deprimente, Nayeon.

Mina sonrió un poco dejando que Momo robara su comida, tomo el resto de lo que había en su vaso y suspiró llamando la atención de quienes la rodeaban.

— ¿Piensan ir a algún lado hoy? — preguntó dándoles una pequeña mirada—. ¿A algún distrito o algo así?

Al ser su último día en la base tenían permiso de ir a pasar el tiempo fuera, a donde quisieran ir y hacer lo que quisieran, solamente tenían que volver al atardecer. Volviendo usarían su uniforme y esperarían pacientemente a ser asignados, al día siguiente estarían con sus nuevas tropas.

— Jihyo y yo queríamos visitar el Distrito Oeste— respondió Momo con una sonrisa en el rostro—. Mi madre dijo que estaría disponible hoy, así que también pienso visitarla y Jihyo irá a ver a su padre.

Ambas chicas le dieron una sonrisa comprensiva, si sus padres estuvieran con vida también querrían verlos.

— Yo no lo sé. — Mina alzó los hombros—. Iré a un distrito, pero fuera de eso no tengo idea de que hacer.

— Hay algunos buenos lugares en todos los distritos. — Nayeon afirmó dando un mordisco a su pan—. Depende de lo que te guste y también del distrito. Te recomiendo el oeste, tiene buenas cosas.

— Y bares preciosos.

Mina rio ante la repentina exclamación de Jeongyeon. Esa chica tenía un gran amor por el alcohol.

— Lo consideraré.

El tema de conversación cambió en ese momento. Momo y Nayeon se perdieron en su propio tema, el cual realmente Mina no entendía, así que se limitó a observarlas mientras terminaba su comida.

El tiempo pasó rápido; de un momento a otro, había abandonado el comedor y ya estaba a punto de subir a alguno de los transportes que la llevarían a su destino. Eran cuatro, uno para cada distrito del reino, incluyendo el Distrito Sur. Después de que el ejército de Verlassen hubiera abandonado el lugar sin razón aparente, una expedición fue suficiente para llenarlo de soldados y dar la oportunidad de entrar y salir sin mucha preocupación.

The forgotten Kingdom | MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora