Once

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La base de la Policía Interna era totalmente diferente a todo lo que Mina había imaginado antes; el comandante, quien se presentó como Elijah Reiss, se había encargado de darles la bienvenida explicando rápidamente como funcionaban las cosas dentro del castillo, toda la tropa tenía un lugar específico para cada actividad del día, dormían en habitaciones compartidas con una sola persona y horarios que se dividían de acuerdo al rango que tuvieras dentro de la tropa, porque si incluso todos ahí eran élite, la Policía Interna se dividía en pequeños escuadrones que tenían misiones específicas dentro del reino.

— Muy bien, la lista para los dormitorios está en ese tablero. — El hombre de nombre Marco señaló a su derecha—. Todas las mañanas sus actividades diarias estarán ahí, si tienen alguna duda pueden acercarse a algún otro integrante de la tropa o buscarme directamente en mi oficina.

El hombre los saludó levemente y dio media vuelta para perderse en un pasillo.

Mina miró a su alrededor identificando rápidamente a los nuevos soldados que habían entrenado con ella, al principio estuvo muy confundida cuando se dio cuenta que no solamente eran los cinco cadetes que habían salido de su base, fue una gran sorpresa enterarse que había dos bases de cadetes y por lo tanto once personas nuevas siendo parte de la Policía Interna.

No reconocía los rostros de los demás soldados, nunca en su vida los había visto ni siquiera cuando solían hacer pequeños servicios en distintos distritos. Era como si hubieran salido de la nada.

— Espero que tengas una buena compañera. — Felix se acercaba a ella con media sonrisa en el rostro—. Eres la única que podía soportar a Nayeon.

— Es que habla dormida— explicó con una leve sonrisa acercándose a la fila que comenzaba a formarse—. Da miedo.

Felix rio un poco dándole un apretón en el hombro y se encargó de colocarse detrás de ella en la fila. Frente a Mina había tres personas más, un chico castaño, una chica de cabello corto y un pelinegro de hombros anchos, no pudo identificar ningún rostro familiar entre ellos.

— Jamás creí que así sería ser parte de la élite en el ejército, ¿sabes? —murmuró observando a su alrededor, dándose cuenta inmediatamente del gran cambio en la calidad de incluso el material de los manteles, todo se veía tan extraño—. En realidad, jamás creí ser parte de la élite.

— Créeme, tampoco lo entiendo. — El joven suspiró palmeando uno de sus hombros con suavidad—. Juraba que iba a terminar con el Ejercito Exterior.

— ¿De qué me hablas? — respondió dando un paso al frente cuando el pelinegro salió de la fila—. Vi un poco de tu expediente cuando tuvimos que limpiar la oficina del instructor, digamos que tus notas eran demasiado buenas.

— Las tuyas no son malas, Myoui.

— Y esa es la razón por la que no entiendo qué hago aquí. — Alzó los hombros haciendo una pequeña mueca—. Los demás tiene sentido, eran los mejores de nuestra tropa, tú eres de los mejores, pero yo no estaba ni siquiera en los mejores diez.

— Aun así, siento que le quite el lugar a Joohyun y a Yerim— comentó Felix correspondiendo a su mueca—. Ellas de verdad eran increíbles haciendo estrategias y sus habilidades combates son mil veces mejores que las mías. ¿El instructor no te dijo nada al respecto? Ya sabes, cuando te raptó del comedor.

— ¿Notaste eso?, no realmente— respondió dando un pequeño vistazo a la lista, la chica de cabello corto saliendo de la fila y el castaño buscando rápidamente su nombre—. No hablamos mucho la verdad, solo le di mi opinión sobre cómo trabajábamos juntos, pero dudo que haya tomado mis comentarios en cuenta. Solo era una cadete.

The forgotten Kingdom | MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora