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Mi nombre es Daiki Sato, soy un chico que solo por tener un buen peinado me hace guapo, esta es la historia de cómo conocí a Sakurasawa Sumi una chica algo rara y que esconde algo q...
-Hasta aquí está bien, gracias por acompañarme- expresó Ruka con una sonrisa.
-Esta bien descuida, si necesitas un guardespaldas, no cobro mucho jeje-
-Ah, ¿Sabes algo? El cabello suelto no te queda mal deberías usarlo así más seguido-
-¿Tu crees?-
-¡Si!-
Aún me seguía preguntando ¿Cómo fue que las cosas terminaron así?... Bueno es obvio que sabía, Ruka estuvo durante dos horas sin parar de llorar, prácticamente tuve que cambiar mi camiseta por otra ya que estaba totalmente empapada en lágrimas, también se me terminaron los pañuelos.
Pero eso no fue lo único, luego de eso ella se quedó completamente dormida en mi cama, no tuve más opción que ir a dormir al sofá, sería algo extraño que ella despertara junto a mi luego de una noche llena de lágrimas.
Hace unas horas en la mañana...
-Hum... ¿Me quedé dormida?- se preguntó Ruka despertando en la cama de Haru, en la cual estaba tapada con una manta bastante abrigada para mantenerla caliente.
-¡¿Eh?! ¿E-E-Esta es la habitación de Haru-kun? ¿Me quedé dormida sobre su cama? Pero, estaba cubierta con está manta, eso quiere decir que alguien me cuido mientras dormia... Mmm- pensó algo inquieta, la muchacha se dejó caer sobre la cama y se colocó boca abajo algo pensativa inconscientemente comenzó a olfatear la almohada.
-Oh... ¿Este es el olor de Haru-kun? Huele bien, debe ser por su cabello largo, el olor delicioso de su shampoo debe acumularse al tenerlo atado... Ah, ¡¿Pero que estoy haciendo?! ¡Debo salir de aquí!- razonaba poniéndose de pie.
Sigilosamente Ruka tomo su bolso y abrió la puerta, bajo las escaleras en puntitas de pie cuando finalmente estaba por el pasillo cerca de la cocina, comenzó a sentir un delicioso olor a comida, provocando que su estómago suene descontroladamente.
La muchacha con algo se incertidumbre fue a sentarse a la mesa mientras observaba a un Haru algo distinto, ya que en las mañanas el muchacho tiende a soltarse el cabello.
-Se ve tan distinto así... Además ¿Que le pasa? Está tan tranquilo, hay una chica linda en su casa a la cual le está preparando el desayuno, debería estar aunque sea un poco nervioso, o tal vez... ¿Ya estará acostumbrado?- pensó y por alguna razón estába algo molesta.
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-¡Rayos! ¡¿Por qué esto se siente como si estuvieramos viviendo juntos?! ¡No! No puedo pensar eso ella es menor que yo, va a la preparatoria, ¡Esto está mal!-
