Para leer esta historia tienes que haber leído kanojo, okarishimasu
Mi nombre es Daiki Sato, soy un chico que solo por tener un buen peinado me hace guapo, esta es la historia de cómo conocí a Sakurasawa Sumi una chica algo rara y que esconde algo q...
Sato se encontraba caminando en bajo la lluvia por una zona comercial el sol el cual era tapado por las nubes ya se estaba poniendo, su mirada era cubierta por su cabello y de pronto un recuerdo vino a su mente, este detuvo el paso.
Unos cuantos minutos antes...
-¿Daiki-kun?-
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No puede ser era ella esa chica alguien que no quería...no quería verla menos en este momento.
-Ah pasado tiempo jeje-
La mirada de Sato mostraba una gran cantidad de odio y miedo nunca antes vista por el ser humano.
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(Perdón si no está a color pero tuve un fallo al querer pintarlo así que lo dejo así :v)
-Aww no me veas así...te he extrañado mucho...-ella hablo cariñosamente fingiendo una voz amable, no soy idiota se que esa voz era fingida y me estaba maldiciendo de mil maneras diferentes. -Si jeje-hace mucho que no me sentía así estaba algo tenso, esa sonrisa forzada fue como demostrar que soy inferior a ella...odio sentirme inferior.
-¿Como has estado? Se que hace no mucho que terminamos pero me gustaría saber cómo estas-
¿Porque hace eso? fingir algo que no es, diría que es como Mami pero no del todo comparado con ella Mami es una santa.
Es tal como dijo ella y yo terminamos nuestra relación no hace mucho, y quién la termino fui yo...
Ella es todo lo que odio de este mundo, ella es tan superficial... pero...ella me hizo darme cuenta de que este mundo te aplastará si no haces algo...
-Ah extraño esos tiempos cuando estábamos juntos, éramos perfectos éramos como la pareja perfecta de la universidad, que pena-
Yo no extraño esos tiempos quiero olvidarlos, Yui está chica, es el tipo de chica superficial que solo le importa ella misma, salimos durante un tiempo y creí que era feliz pero luego vi lo que ella era...un monstruo.
-¡Vamos que esperas maldito nerd de mierda tráeme lo que te ordené!-decia empujando a un muchacho algo delgado y pisando su cabeza como si ella fuera una reina. -¡Y tu gordinflón tráeme un te de la máquina expendedora ya!- -Pero...- -¿Pero que?, Sabes lo que pasará si no me haces caso, le diré a todos que eres un gordo pervertido que intento violarme-
