Quédate conmigo [TERMINADA]

🥀Infierno🥀

Al día siguiente...

- No... Elijah, ni se te ocurra...

- Por que no?

- Porque ayer di a luz y estoy adolorida.

- Ok, tu ganas. Solo por eso.

- Genial. Cárgala, por favor.

- Pero...

- Elyse quiere a su papá.

- Y también a su mamá.

- No te quejes o me voy.

- No, no. Perdón. Es solo que no... No sé cómo.

- Aw... Que tierno. No, alto. Solo cárgala.

- Ayúdame.

- Bien. Pon tu brazo aquí y acércala a ti. Listo.

- Práctico.

- Lo sé. Ahora vamos.

- Vale. Vamos.

- Nos vemos luego, familia!

- TE ME CUIDAS, T/N!

- Si, si. Chau, Bekah!

Bueno. Aquí empieza una nueva vida. O al menos, eso quiero creer. Ahora, me voy a vivir con Elijah durante tres semanas. Luego con Nik y por último con Kol. Solo espero que esto ayude porque de lo contrario yo misma me mato.

- NO OLVIDES LLAMARME CINCO VECES AL DIA! Y CONTARMELO TODO!

Suspiré. Bex como siempre. Bueno, al menos empieza una nueva vida, creo. Una llamada. 

— Hola, niñito.

— Tenemos problemas. 

— Ahora que, Damon?

— Pues... Recuerdas a esa sirenita Sybil?

— Si, la de la hermana y eso.

— Exacto. Pues... Trajeron un amigo del infierno.

— Habla claro.

— Se llama Cade y al parecer, es el demonio.

— Y me vas a decir que lo creíste?

— T/n, estoy trabajando para él con Stefan.

— Que?

— No puedo hablar mucho, escúchame con atención. Búscame mañana en mi casa, haré lo posible para llegar.

— Damon, no...

Me cortó. Carajo, carajo, carajo. POR QUE SIEMPRE ME PASA ESTO!?

— Elijah, mañana en la casa Salvatore. Es extremadamente necesario.

— Olvidas que escuché toda tu conversación. Por ahora solo... Vamos. 

Asentí y fuimos rumbo a la casa que Elijah había decidido darme para ambos. La verdad todo esto es confuso. Amo a Elijah, pero no puedo quitar de mi cabeza ni a Nik ni a Kol. 

Al día siguiente...

Miro mi reflejo en el espejo recordando todo lo de anoche. Menuda noche. 

Paso mis manos por mi cuello y sonrío al recordar todo. Sus besos, sus caricias, sus manos recorriendo mi cuerpo con delicadeza y con tanta dulzura. Sus besos bajando por mi cuello y explorando cada parte de mi cuerpo. El calor que emanaba de su cuerpo. 

La verdad, me gustó mucho estar así con él después de mucho tiempo. Lo extrañaba, demasiado, pero más que eso, lo necesitaba. Necesitaba sentir esa sensación que solo él podía transmitirme, paz.