Capítulo XIV

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—¿En todo el mundo?

¿Cómo es que están en todo el mundo y nadie se ha dado cuenta de su presencia?

—Si—responde y se levanta del banco—debemos irnos, ya es tarde y tenemos que cenar

Me levanté y empezó a caminar a su lado

—¿Ha visto al chico?—pregunta unos pasos de la casa

Sé que se refiere Tyler, no sé si ellos se conozcan de antes, pero no preguntaré por qué no es de mi incumbencia

<<Como tampoco de tu incumbencia comenzar a averiguar sobre el loco que casi no come, pero míranos>> me reclama mi subconsciente, a veces creo que está más para molestarme que ayudar

—No

-Deberías hacerlo- dice y se adelanta abrir la puerta de la casa

Seas un lado para dejarme pasar, me quedo en la puerta y frunzo el ceño

—Pasa—exclama

—No, gracias. Tengo que ir a casa...

—En tu casa no hay nadie— me interrumpe—cena y luego te vas

Paseo y escucho cómo cierra la puerta

—Skate—grita la pequeña al verme entrar

Corre hacia mí y se arroja a mis brazos haciendo que la cargue. Da un beso en mi mejilla y yo dejo uno en la suya

—Hola Skate— dice Sofía desde el umbral de la puerta de la cocina

—Va a cenar—exclama el anciano detrás de mi

—¿En serio?—cuestiona Sofía entusiasmada y hago un leve asentimiento

Ella desaparece por la puerta y Vicente también va al oler la comida, me siento en el sofá y juego con la pequeña que está sentada en mi regazo.

Olvidándome por un momento todo lo que escuché hoy, fue demasiada información para un día.

<<Eso era lo que querías ¿No?>>

Escucho la puerta cerrarse de un fuerte portazo, mira ese día y veo un tipo con la cara cubierta de sangre tambaleándose y seguido se escucha el grito de la niña que tengo en mi regazo. Veo a la pequeña llorando y regresó la vista hacia la puerta dándome cuenta que ese tipo de Santiago. Sofía y Vicente salen de la cocina y la mujer se desmaya al ver a su hijo en ese estado, Davidñ llora más fuerte y Santiago ve a su madre en el piso, pero parece que no estuviera en este mundo. Dejo a la niña en el sofá y caminó hasta el chico, me colocó a su lado y pasó uno de sus brazos por mis hombros y uno de los míos lo enredo en su cintura y lo ayuda a caminar hasta las escaleras

—Joder, ¿Qué comes tú?

Está bien pesado

Error al subir y llegar al pasillo de las habitaciones, le preguntó cuál es la suya y él me enseñala una puerta y lo llevó hasta allí. Entró y trató de acostarlo con cuidado en la cama, pero él se tira y hace una mueca de dolor

— Voy a buscar algo para limpiarte

Salgo de la habitación, al bajar, veo a Vicente con la niña dormida en sus brazos y Sofía oliendo un algodón

— ¿Donde hay un botiquín de primeros auxilios?— pregunto haciendo que miren a mi dirección

—En la cocina dejé uno—dice Vicente

Voy a la cocina y toma el botiquín con pegatinas de Hello Kitty, páso la sala y subo las escaleras llegando a la habitación. El chico gira la cabeza en dirección, camino hasta sentarme en la orilla de la cama y sacó las cosas que utilizare del botiquín, procedo a limpiarlo y él hace muecas pero no sé queja, le desinfecto las heridas con alcohol y le pongo una curita con una carita de Hello Kitty.

BranxtorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora