CAPÍTULO VEINTE - VILLANA

5K 332 225
                                    

Eleora

Ya no puedo seguir ignorando lo que siento, no puedo seguir negándome lo que mi cuerpo grita y lo que sé que no me servirá de nada cuando el infierno de Mihail muestre sus verdaderos demonios y empiece a calcinar a todo el mundo mostrándose como lo que es, un depredador sin sentimientos incapaz de amar a alguien, pero ¿cómo le explico eso a mi corazón?, ¿cómo hago para no sentirme como me siento cuando lo tengo cerca? ¿cómo mierda me saco su imagen de mi cabeza, sus manos de mi cuerpo y su esencia en mi alma? ¿cómo puedo borrar de mi mente, cuerpo y alma lo que está más que tatuado en el corazón?

Me toma por los hombros tratando de entender lo que le acabo de decir y es momento de deshacerme una vez más en ese ser que sé que nunca me dará lo que necesito pero que me encanta jugar con él a que me da todo.

—Con las mismas fuerzas con la que batallo día a día para no amarte como lo hago — las palabras salen de mi boca sin pensar en consecuencias.

¿Qué más me puede pasar a mí?, no tengo nada que perder, en esta vida Eleora Martinelli no tiene nada que perder cuando lo único que le han dejado es una miserable vida que busco cada día con mis enfrentamientos terminar con ella luchando por que no pienso quitarme la vida como lo hice meses atrás pero cuando más cerca estoy de conseguirlo siempre llega mi superhéroe a traerme de vuelta a la realidad.

El hecho de que no me diga nada y solo me suelte me dice que lo que acabo de decir pondrá un fin a esta efímera historia donde por más que dije que nunca perdería, aquí estoy perdiendo contra un hombre que nunca perderá en esta vida porque Mihail Mikhailov es invencible en todos los aspectos de la vida, en los negocios, en la mafia y hasta en la cama porque por más que intente tomar el control de la situación quien se marca cada vez que lo monta soy yo, perdiendo siempre sobre este hombre que me vuelve nada con solo mirarme.

—Espera mi bala aquí — apunto su corazón—, para que sientas lo que siento por ti.

—Eleora — me nombra con ese acento ruso tan notable que me hace mojar en segundos—, creí que entendías lo que significaba estar a mi lado pero que ahora me digas eso complica las cosas.

—Dispárame en el campo de guerra y pongámosle fin a esto de una vez por toda— intento alejarme, pero me sujeta del brazo—. No compliquemos el asunto, Mihail.

—A veces repetimos tanto una mentira hasta que la convertimos en verdad — me habla llevándome a su pecho—, no puedo sentir lo que sientes, aunque finja muy bien sentirlo.

—Lo sé— confirmo—, por eso no te estoy exigiendo que sientas lo que siento porque sé que ese sentimiento nunca lo podrás desarrollar.

— ¿No puedes conformarte con que lo finja? — pregunta y busco su mirada.

—No quiero vivir una vida de mentiras — toco su cara—, no puedo limitarme a conocer a otras personas que me puedan dar lo que tú no puedes para esclavizarme fingiendo vivir una vida con alguien que nunca me dará lo que quiero.

—Está bien — se aleja de mi—. Espero que tengas buena puntería para que pongas una bala primero que yo aquí— apunta mi corazón—, porque, aunque no puedo sentir lo que sientes te aseguro que uno no puede vivir sin el otro.

—No te reprimas en cada batalla — sonrío—, porque el momento de elegir la primera opción ya llegó — sonríe.

—Te aseguro que disfruté de la segunda opción como nunca — vuelve acercarse apoderándose de mi boca—, así mismo disfrutaré de la primera, aunque eso signifique vivir preso en mi propia mentira— me abraza.

— ¿Qué mentira? — pregunto sin entenderlo.

— ¿Qué haré contigo, moy shchenoka? — sonrío.

ÉXTASISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora