CAPÍTULO VEINTISÉIS- ENEMIGO ÍNTIMO

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Eleora

Ser mujer en un mundo machista es bastante complicado no por la lucha de poder entre cual sexo es el más fuerte sino por los prejuicios que existen con base a los principios que la sociedad ha implantado a través de los años, ya que en lo primero nunca me he sentido inferior a ningún hombre por más alto, fuerte e inteligente que sea porque puedo ser igual o mejor que ellos, pero en lo segundo debo revestirme cada día de docilidad, sumisión y fragilidad con el fin de subir el ego en los hombres para conseguir las cosas que quiero.

Porque el amor puede ser una buena arma para doblegar a quien sea, pero la sumisión es una de las mejores armas que puede usar una mujer para conseguir lo que sea.

Estoy segura de lo que vi, estoy lo bastante cuerda para saber que la persona que corría en el jardín era Siobhan y que Pietro me mirara como loca al preguntarle sobre su visita solo me confirmó que no me equivoqué al elegirlo como Sottocapo.

Dale a un hombre poder y veras sus verdaderas debilidades demostrando lo que es, dale poder a una mujer y veras sus verdaderas fortalezas demostrando de lo que está hecha.

Aun no tengo tiempo para ir detrás de una mujer que vive en las penumbras porque sabe que no solo la están buscando mis hombres sino también Mihail por tocar lo que para él supuestamente es suyo y por su hermano Arthur que después de la muerte de Bern ha conseguido que la mafia irlandesa creciera en sobre manera sin meterse en problemas con los demás clanes, creo que por eso las sustancias toxicas del ruso no llegaron a él y dentro de mis planes tampoco está eliminarlo; por lo menos por ahora.

Finjo creer sus palabras volviendo al interior de la casa donde empaco todo lo que necesito para tomar el control de Las Vegas y con una sonrisa en la cara me acomodo en la cama mientras ordeno todo lo que necesito para poner en marcha el nuevo negocio de la mafia italiana porque los casinos Mikhailov eran los más fabulosos pues los míos serán lo que le sigue a eso convirtiéndose en los más magníficos.

La mañana llega con algarabía donde todos salen de la mansión de Nápoles con las cartas claras sobre la mesa porque no seré la cola del dragón ya que Eleora siempre será cabeza, nunca cola y los que me siguen estarán siempre en la cima conmigo botando fuego y quemando todo lo que se nos ponga al frente incluyendo a Mihail Mikhailov.

Que lo único malo que ha hecho es enamorarse como loco de una mujer que se ha dejado consumir por el mismo fuego del que está hecha, del mismo fuego que lleva dentro y del mismo fuego que lo volverá cenizas.

—Dante necesito que le envíes esto a Onur — le paso la USB—, necesito un batallón y él me lo dará gracias a esa información — la toma.

— ¿Segura? — cuestiona acomodándose en el sillón del avión—Estás dejando a ruso atado sin opciones.

—Hazlo — musito acomodando el cabello en mis orejas—, ya va siendo hora de que todos se enteren quien es que tiene al mundo ardiendo y Mihail está atado desde el día que me conoció.

Me mira sin creer lo que digo, pero no refuta mi decisión. Pietro aparece en mi campo de visión sentándose a mi lado.

— ¿Qué pasará con los laboratorios en Nápoles? — pregunta mostrándome sus ojos oscuros en un brillo excitado.

— ¿Te tengo que recordar quien eres, Pietro? — mantengo mi vista en su mirada oscura—Aquí tú eres el químico y yo soy la líder — frunce el ceño—. Tu lugar está en los laboratorios y el mío dominando el mundo.

—Pero pensé que...

—No pienses, amor — pido fingiendo amabilidad —. Ni siquiera sé por qué vienes con nosotros cuando estabas muy a gusto en Nápoles — esquivo su mirada—. Eres mi prometido porque yo así lo decidí, pero eso no quiere decir que tienes que estar detrás de mí como perro faldero.

ÉXTASISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora