Eleora
Nacer, crecer, reproducirse y morir son las cuatro etapas que siempre las he sentido como las fundamentales de la vida donde en cada una de ellas se desarrollan habilidades, conocimientos y sentimientos a través de los años para completar nuestra identidad, nuestra personalidad y nuestras pasiones junto a los hábitos que nos hacen sentir plenos.
Acabo de descubrir que soy hija de otras personas y que solo pudieron tenerme en brazos por tres meses, crecí creyendo que Isabella y Damon eran mis padres desarrollando hacia ellos el amor filial, pero un amor roto ya que nunca estuvieron presente, la idea de reproducirme quedó afuera de mis planes porque si yo no estoy completa no puedo intentar completarme con hijos y la última etapa es a la que me llevan ahora.
¿No merezco vivir una etapa completa, feliz y como se debe?, ¿qué tanto daño hice en mi otra vida para pagar tanto mal en esta?
Mis ojos arden cuando deberían ya estar bien, mi cuerpo no tiene sentido de tiempo ni espacio no sé por cuando tiempo me han tenido sujeta en una silla bajo una lámpara que amenaza con caerse. Me remuevo intentando liberar mis manos de las cuerdas, pero mis movimientos son inútiles ya que solo lastimo mis muñecas. Intento abrir los ojos cuando escucho los pasos retumbar en el lugar.
—Primita — empieza— ya tengo la primera muestra de VIPIEM — se acerca a mí —. Necesitaba en quien probar mi virus y ya tengo la primera persona con quien hacerlo.
—Te dejé el clan a tu disposición no tienes por qué hacer esto — hablo calmadamente.
—Eres muy sentimental, primita — se sienta al otro lado sacando una jeringa —. Damon te dejó un puesto que por lógica me pertenecía por ser el último hombre del apellido Martinelli, pero te lo entregaron por herencia y aun haciendo todo lo que hiciste abandonas cuando podías casarte conmigo, tener hijos y mantenernos en el trono por las siguientes décadas.
—No soy una Martinelli — le confieso.
Aguanto el ardor en mis ojos mirándolo los ojos, me mira estupefacto, pero sonríe.
—No soy hija de Damon así que no pierdas el tiempo intentando cumplir reglas que al final ya han sido rotas por él mismo Damon Martinelli — se acerca a mí—. Estás solo en este mundo, puedes empezar a crear tu propio imperio con tus drogas y con todas tus creaciones dejando el apellido Martinelli en la cima y haciendo que tus familiares se sientan felices en sus tumbas.
—Shhh— pone un dedo en mi boca — ¿Cómo que no eres una Martinelli? — se aleja de mí.
Camina por el lugar con la mirada pérdida y moviendo su cabeza de lado a lado como si procesara la información.
—Mató a mis padres y me llevó con él criándome como su hija — explico.
No puedo alterarme, sé cómo manejar esta situación ya que lo aprendí con los hindúes; no demostrar mi miedo a mi victimario porque solo lo excita más a apropiarse de mi vida.
—Pero, ¿por qué lo hizo, primita? — cuestiona avanzando rápidamente hacia mí y agachándose — ¿Por qué te robaría haciéndote su hija y luego dejándote su puesto? — me mira a los ojos.
—No lo sé — muevo mi mano cuando toco la punta de una cuerda—. No lo sé, pero es una justificación clara para que no hagas lo que piensas hacer, primito — sonríe —. Tengo muchos contactos por todo el mundo que comprarían tu virus para los países con sobrepoblación o los que aún no aprueban el aborto para acabar con gran parte de sus habitantes ya otras veces lo han hecho, ¿por qué no lo harían ahora? — lo motivo— libérame y vamos a crearte una nueva cima solo para ti.
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ÉXTASIS
AcciónLibro 1. Sensaciones que queman. Tomar la posición de líder de la mafia italiana y el poder absoluto como cabeza del esqueleto de los clanes mafiosos del mundo fue fácil para ella porque Eleora Martinelli posee todas las armas para estar en ese pu...