Narrador Omnisciente
El mundo siempre se ha regido por reglas, leyes y doctrinas religiosas que tratan de mantener el orden de todos lo que en él habitan. Cada mundo con un ser supremo que los rige, el cielo tiene a Dios, la tierra a los gobernantes de cada nación y el infierno esos seres llenos de libertinaje que no se miden en palabras y acción llamándose pecadores.
Era una nueva era en el mundo criminal; todos lo sentían. Las reglas no se estaban cumpliendo, las leyes hechas desde hace siglos no estaban siendo respetadas y los tratos entre los grupos mafiosos estaban quedando en peligro de extinción.
Tener a una mujer como líder era algo que todos los clanes fingían que no le causaba problemas, pero sus demonios internos les repetían una y otra vez que esa situación era solo momentánea hasta que lograran idear el mejor plan para apoderarse del Esqueleto y crear una nueva forma de gobernar.
Todos estaban sumergidos en sus negocios, pero con la cabeza puesta en un solo objetivo: Eleora Martinelli; la mujer de curvas provocadoras, aunque con habilidades mortales que podía poner las vidas de muchos en peligro. Cada día que pasaba en su liderazgo era una razón más para temerle puesto que la mujer sabía lo que hacía, gobernaba con lentitud, pero con decisiones precisas poniendo entre la espada y la pared a más de uno.
Su hazaña en Bilbao hizo que varios grupos sacaran de sus cabezas la idea de hacerle frente a semejante mujer mientras que otros despertaron los monstruos que llevaban dormidos avivando la sed de poder que siempre han tenido incrustados en sus corazones.
Todos jugaban sus cartas, incluso el líder de la Bratva, que aparentaba ser un empresario más en el mundo terrenal, pero no era más que el satán del inframundo, liderando a todos los demonios que pueden existir en su infierno.
Él con su forma de proceder; sin hacer mucho escándalo, se ha mantenido a través de los años siendo envidiado por muchos. Su libertad de poder vivir la vida como le plazca sin ser buscado por las autoridades; porque desconocen el rostro del líder de la mafia roja, es algo que les molesta a muchos, aparte de su osadía de ofenderlos cada vez que tiene la oportunidad de hacerlo minimizando sus capacidades de destrucción.
Pero incluso ese ser tan malévolo estaba siendo calcinado por los efectos de una droga mortal, la electrizante conexión que tenía con Eleora Martinelli era algo que lo hacía hacer y decir cosas que hasta él mismo se sorprendía; ella es droga y veneno, haciéndolo caer en una dependencia para consumirla, devorarla y ambicionarla enviándose de todo lo que ella le da, sin saber que inclusive los más grandes demonios suelen ser dominados por criaturas que aparentan ser de otro mundo cuando realmente son más que demonios en pleno nacimiento en un gran infierno que supera a todos los avernos que puedan existir.
Esa cercanía desataría una guerra silenciosa donde solo dos opciones eran permitidas en cada clan: matar o morir, pero ni las leyes divinas ni las terrenales se comparaban con las leyes que regían a esos seres infernales que vivían rodeados de maldad satisfaciendo a todos sus deseos carnales incluyendo el de derramar sangre.
Y eso era lo que saboreaba la pelirroja que observaba a su hermano; quien a pesar de estar de luto se le veía más alegre de la cuenta haciendo que las dudas acerca de la muerte de su hermano se apoderen de su ser.
— Me vas a contar que sucedió ese día— se pasea por el despacho de su hermano—, aún no creo que la policía fue que lo mató.
—Siobhan —el pelirrojo fija su mirada en su hermana —, ya te conté como sucedieron las cosas — comenta.
Ella no era estúpida, exactamente el día que ella no fue con ellos a ese evento la policía atentó contra la vida de su hermano y que Bern muriera frente a un hotel que no acostumbraban a frecuentar le hace despertar la curiosidad.
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ÉXTASIS
AksiLibro 1. Sensaciones que queman. Tomar la posición de líder de la mafia italiana y el poder absoluto como cabeza del esqueleto de los clanes mafiosos del mundo fue fácil para ella porque Eleora Martinelli posee todas las armas para estar en ese pu...