Capítulo 4.

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— Eric, ¿qué sucede? — voy tras él. Dice algo rápido sin que pueda escuchar y cierra la llamada.

—Escucha, no es nada grave, pero es mejor que no salgas de casa hasta que Jack regrese — parece estar muy asustado por algo.

— ¿Pero por qué? ¿Qué sucede? ¿Hay un nuevo enemigo del que deba preocuparme?

—No puedo decirte mucho, solamente hazme caso, por favor.

— ¿Esto tiene algo que ver con la descripción que te di del hombre que nos ayudó? — tengo curiosidad.

—Es la misma descripción de alguien a quien estamos siguiendo e investigando hace un tiempo. ¿Podrías hacer lo que te pido al menos hasta que Jack regrese? — por la cara que tiene, creo que se trata de algo serio y preocupante, así que no complicaré más las cosas.

—Tengo trabajo y cosas que hacer, no puedo encerrarme a esperar a Jack. Pero está bien, tendré más cuidado, lo prometo. — siento mucha incertidumbre. 

—Lo entiendo, pero ahora entiéndenos a nosotros. Lo de Junior sigue en pie, me encargaré de él, pero hazme caso, ¿sí? — la mirada que da me convence — Esta es una de las consecuencias de ser la novia de un agente federal. Sabes que hay muchos locos por ahí queriendo matarlo. — estoy consciente de ello, aún así, odio que me sigan ocultando cosas.

Sale rápidamente y trato de procesar todo lo que ha pasado a pocas horas del día.

Entro a la habitación de Junior y está completamente dormido. ¿En qué momento entraste en este lado oscuro de la vida, hermanito? Tienes un gran futuro por delante y lo estás echando a perder. Me quedo viéndolo unos segundos en el umbral y al salir, cierro la puerta para que descanse. Me doy una buena ducha, me cambio de ropa por una falda negra de cuero ajustada con un lindo cierre plateado delante y una blusa blanca de cuello alto con mangas largas.

Me arreglo mejor el cabello antes de salir hacia el restaurante donde Javi trabaja. Necesito saber cómo está y si no ha vuelto a perder el control con el alcohol.

Reviso el teléfono y sigo sin señales de Jack.

Minutos más tarde.

Había venido a este restaurante solo por Javi. Los trabajadores, a pesar de que son de nuestra misma edad a excepción del jefe, supongo, son un poco raros. Cuando entro saludo, pero nadie responde. Hay dos chicas limpiando las mesas y otro chico de espaldas en la barra. Me recuerda un poco al bar de Judith. 

Me acerco a él.

—Hola, disculpe. ¿Sabe si Javi está aquí? — aún está dándome la espalda mientras limpia algunas copas. Se da la vuelta y me mira con seriedad. Es muy atractivo y tiene muchos tatuajes.

— ¿Quién lo busca? — sigue limpiando copas.

—Melanie, una amiga. — me mira fijamente sin decir una palabra. Cuando baja sus ojos a mis pechos, me pongo muy nerviosa y cruzo los brazos. Se me hace extraño, ya que la blusa que llevo puesta no tiene ningún tipo de escote y, aun así, los mira como si pudiera ver a través de la tela — ¿Y? — insisto en tono molesto. 

—Sígueme. — me indica y lo hago. Llegamos al interior del lugar y no sé si realmente podemos estar en esta zona.

— ¿A dónde me llevas? ¿Javi está aquí? — no me fío.

—Tranquila, no pienso secuestrarte. — abre la puerta para mí y entro al ver a Javi fumando algo apestoso. La habitación está llena de humo.

— ¿Estás fumando en el restaurante donde trabajas? — no puedo creer que hasta aquí se comporte así. Le quito el cigarrillo de las manos y agito las manos al aire para sacar el humo.

— ¿Tú qué haces aquí? ¿Viniste a buscar trabajo? — se levanta, sonríe y me abraza.

— ¿Estás buscando trabajo? — pregunta el chico que me ha traído. Se me había olvidado de que sigue aquí.

— ¡Sí! Deberías ayudarme a mover un par de hilos para que la dejen aquí conmigo. Todos en este lugar son una mierda, vendría bien algo de sangre nueva. — contesta Javi, antes de que pueda hacerlo yo.

—Veré qué puedo hacer. ¿En qué área te gustaría estar? — frunzo el ceño — ¿Cocina? ¿Mesera? ¿Bebidas? — aclara.

—La verdad es que...no lo tengo claro, pero podría adaptarme a cualquiera sin ningún problema y con algo de entrenamiento, obviamente. — contesto.

—Bien, pero necesito, por educación, que traigas un documento con tus datos básicos para que el jefe acepte mi sugerencia.

—Gracias. Te lo agradecería mucho. — no es un chico tan desagradable después de todo. Mira a Javi, luego a mí y sonríe levemente. — Agradécemelo cuando entres. — contesta antes de salir. Venir a ver a Javi fue más beneficioso de lo que pensé.

Horas después.

Me he pasado toda la tarde haciendo un currículo para dárselo al amigo de Javi, que de hecho, debí al menos preguntar su nombre. Yo y mi manera de conocer a la gente. En cuanto lo termino, lo imprimo y se lo dejo a Javi para que se encargue del resto. Tengo fe en que podré conseguirlo. Es una nueva experiencia y me gusta mucho la idea de explorar nuevas cosas hasta que sepa a qué dedicarme definitivamente. La ventaja de estudiar administración de empresas es que hay muchas opciones y oportunidades para ejercerla sin importar cuál sea el producto de esta.

Al caer la noche, las bocinas del auto de alguien afuera llaman mi atención. Me asomo y cuando veo que es Eric, salgo de inmediato. Hace mucho frío y trato de abrigarme con mis propias manos.

— Eric, ¿qué haces aquí?

—Súbete, tenemos que ir al aeropuerto. — contesta sin más. Se ve muy animado.

— ¿Al aeropuerto? ¿A buscar a quién? — estoy confundida.

—A Jack. Nos está esperando. Quiere que vengas conmigo. — mis labios esbozan una genuina sonrisa. — ¿Te subes ya? — voy por una gabardina y me subo con él de inmediato.

Finalmente, ha regresado.  

Dangerous People ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora