Capítulo 1.

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Jack Connor.

"Hola hermanito. ¿Me extrañaste?"

En el momento que leo la tarjeta, mi corazón se congela por segundos. ¡Lo que me faltaba! Durante años he huido de mi ciudad natal (Filadelfia) para escapar de la maldición de mi familia: muerte; tal y como lo dice la abuela, que hoy en día, está loca por eso. La tengo en ese lugar atendida por profesionales para al menos mantenerla con vida, pero me he preparado mentalmente para recibir la noticia de que ha muerto en cualquier momento.

Mi vida se puede resumir en: mentiras, traiciones, muertes, armas y todo lo que tenga que ver con el lado oscuro de la vida. Y él, Jacob, mi adorable hermano, es el único que me la recuerda por las cosas que hicimos en el pasado. Lo que nos hizo ser y estar donde estamos ahora, siendo enemigos.

Sin importar que sea mi hermano, en cuanto lo vea, lo mataré.

Correr por las calles más horas de lo normal, golpear un saco de boxeo y calentar mi arma en la sala de entrenamiento no es suficiente para liberarme de la ansiedad que tengo tras saber que podría estar en la ciudad. Investigo e investigo, pero no aparece nada acerca de él. No redes sociales, no fotos, nada.

Sin poder conseguir el sueño, voy por un vaso de agua.

— ¿Tú tampoco puedes dormir? — suena la voz de mi madre detrás de mí. Me giro para verla. Se ve muy agotada.

— ¿Estás bien? ¿Necesitas algo? — me preocupo.

Toma un vaso y se sirve un poco de leche.

—Un vaso de leche me relajará, pero tú todavía no respondes mi pregunta. ¿Qué no te deja dormir? ¿Pesadillas? — indaga. Da un sorbo y no me quita los ojos de encima hasta que le responda. Podría decirle de la tarjeta y la aparición de Jacob, pero eso la pondría mal y no quiero eso. Es lo único bueno de mi familia y ya ha sufrido bastante.

—Tengo muchos casos sin resolver en la oficina. Ya sabes cómo soy con el trabajo, me exijo mucho. — miento. Deja el vaso en la mesa y se acerca. Coloca una de sus suaves manos en mi mejilla y la acaricia con su dedo pulgar.

—Quizás deberías dejar que Melanie se quede aquí contigo. Sé que cuando duerme aquí, puedes dormir. Al menos un poco más. — sentir su mano en mi cara me calma, me da mucha tranquilidad.

—Quizás la que se debería quedar a dormir conmigo eres tú. — le propongo. Se sorprende y sonríe. Sé que le suena extraño.

— ¿Dormir contigo? ¿Lo dices enserio?

—Claro, ¿qué tiene de malo?

—Nada, solo...es extraño que me lo pidas. A pesar de que ya seas un adulto, siempre serás mi niño. — sus ojos me miran con tanto amor.

—Y yo siempre voy a cuidar de ti, pase lo que pase. — la abrazo dócilmente. No dejaré que nada malo le pase, ni a ella ni a Melanie, pero lamentablemente tengo una historia que tarde o temprano saldrá a la luz y será mi fin. Mi fin con Melanie. Mi fin con todos.

Melanie Cross.

Los días desde aquella fiesta en el bar, han ido normal. Jack y yo estamos bien, con la diferencia de que nos hemos visto muy poco ya que su trabajo (ahora más por su nuevo puesto) le consumen mucho tiempo y lo entiendo. Tampoco hemos tenido mucha comunicación en estas últimas semanas que digamos. Supongo que porque somos personas muy ocupadas.

Estoy acomodando la nueva habitación de mi hermano. Se metió en muchos problemas y no supo administrar el dinero que le di de la herencia de mi padre; aparte de que también lo despidieron del trabajo por mala conducta. No sé qué está pasando con él, pero espero poder arreglarlo. Mis diseños han ido bien, aunque llegué a cierto punto de cansarme de hacer lo mismo siempre. Me gustaría dedicarme a otras cosas aparte de esto. Antes quería tener toda una empresa, pero las cosas no siempre salen como uno las espera.

Dangerous People ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora