Capítulo 30.

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Nos han subido en una furgoneta blindada para encerrarnos en una prisión provisional hasta que se vuelva a reanudar el juicio. Debido a los problemas y el intento de homicidio, no quedó concluido. Tendrán que posponerlo para una nueva fecha.

Hasta hace poco, seguían avanzando. Sin embargo, el conductor cambió de dirección después de escuchar en la radio que Williams estaba cerca de nuestra carretera.

—Si me permiten comentar debo decir que a este paso jamás podrán alcanzarlo. Se nota que no están lo suficientemente preparados para enfrentarse a estas situaciones. — dice Jacob. Es increíble que, sin importar la gravedad de las situaciones, siempre se vea tan relajado.

—Te recuerdo que aquí el esposado eres tú y no nosotros. No intenten nada estúpido, tengo permiso de dispararles si es necesario. — le responde el conductor. Puedo diferenciarlos por el sonido de las voces.

— ¿Por qué nos llevan con ustedes en la persecución? — pregunto.

—La prisión queda de camino.

—¿Quieren llevarnos a prisión mientras siguen a Williams? — algo no me cuadra aquí.

—¿Cuál es el problema con eso, bro? ¿Acaso no escuchaste la radio?

¿Acaba de decirme bro? Esto no suena muy de policías. Frunzo el ceño y miro a Jacob. Tiene la misma expresión que yo. Esto no nos huele nada bien. ¡Mierda! No son policías. No lo están siguiendo para capturarlo, lo están escoltando y nos están llevando con él también.

Jacob me detiene antes de que pueda explotar y decirles algo.

—No lo hagas. — habla en voz muy baja. — Tengo todo bajo control. — presiona algo en la carne dentro de su oreja. ¿Pero qué hace? ¿Por qué ha hecho eso? No tengo ni puta idea, pero tendré que confiar en él. Parece ser el único que tiene una carta bajo la manga en estos momentos.

— ¿Sabes? Debiste haberme matado, pero no lo hiciste, no porque no quisiste sino porque tenías una pésima puntería. — frunzo el ceño sin entender porqué mete este tema de conversación.

Me guiña el ojo y entiendo que solo quiere ganar tiempo. ¿Pero para qué?

—¿De verdad quieres hablar de eso ahora? Si no fuera por el trasero de Williams hoy ni siquiera estuvieras aquí. — le sigo el juego, pero sigue siendo verdad.

—Sí, claro. Tú nunca aceptas tus errores. Trabajar en la policía solo te hace más estúpido. — puedo oír sus risas. Están disfrutando de nuestra no tan falsa conversación.

—Míralos, son solos dos niños jugando a quien es el más rudo. — dice el otro.

—¡Perdón! ¿Hablas de nosotros? — abren la ventanilla.

—Sí, de ustedes. — su cara me confirma que no es policía. — Si tan rudos fueran ni siquiera estuvieran en esta furgoneta. — se ríen.

—No creas todo lo que dices. Estamos justamente donde queremos estar. — les vuelve a decir. Justo en este momento, el camión se detiene bruscamente. Por el sonido de las llantas, noto que alguien ha pinchado los neumáticos desde fuera.

—¿Qué hiciste maldito demente? — nos grita, pero al bajarse de la furgoneta, alguien o algunos los atacan y solo hasta que escuchamos silencio, salimos también.

—¿Qué está pasando? — le pregunto a Jacob. Parece estar familiarizado con la situación.

—Tranquilo, son mis chicos. Agáchate. — explotan las puertas y el humo no me deja verlos con claridad. Hay 4 vehículos más a cada lado de nosotros. Uno de ellos baja el cristal y lanza una radio que Jacob atrapa.

Dangerous People ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora