Capítulo 28.

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Presente.

Jack Connor.

Pasar la noche encerrado no es nada, pero saber que Williams se está saliendo con las suyas revuelve todo dentro de mí. Por si fuera poco, me han metido en la celda enfrente de Jacob. No para de hablar tonterías todo el rato. Espero que Eric pueda conseguirnos el mejor abogado de la ciudad para poder salir de aquí cuanto antes. No creo resistir mucho.

—Debí creerte desde el inicio. Fui algo imbécil al no pensar en la posibilidad de que se saldrían con las suyas. — rompo el silencio.

—Aún no lo hacen. No los dejaremos. Al menos Charles está mostrando interés en destruirlo, pero nada nos asegura que no sea igual o peor que él. — responde, lanzando y atrapando una pelota pequeña que al parecer ha encontrado dentro.

—Es peor, créeme.

— ¿Por qué estás tan seguro?

—Hace muchos años, cuando tú no estabas en casa, intentó abusar de nuestra madre. Fue lo que me hizo huir de esa maldita ciudad. — confieso.

Puedo notar el enojo y la culpa en sus ojos, pero trata de ocultarlo con su silencio.

— ¿Cuál es el plan? — cambia de tema. No esperaba menos de él.

— ¿Por qué parezco ser el único de los planes? Tú viniste aquí por una razón y perdóname, pero no creo que solo sea para conseguir que esté de tu lado.

—Es curioso que hace unos minutos me pides disculpas por no creerme y de repente ya estés desconfiando otra vez.

—Solo quiero la verdad, Jacob. ¿Crees que no me ha costado no matarte? La única razón por la que aún sigues con vida es...

—Williams Connor, lo sé. No necesitas recordármelo otra vez. Y sí, vine aquí porque sabía que no podría solo contra él. Sabía que de una forma u otra trataría de cazarnos para tratar de convencernos de estar de su lado y como siempre fuiste un bobo, me dio algo de miedo que cayeras en su trampa. Así que Charles y yo estuvimos de acuerdo en eso. Cuando mi gente investigó sobre ti...— me interrumpe.

—Oh, tú gente. — enfatizo.

—Sí, así es. No eres el único listo aquí, Jack. — puedo jurar que lo odio con todas mis fuerzas. — Después de estudiar tu vida, me di cuenta del imperio que habías construido. La gente te teme no porque seas bueno, sino porque saben que no tienes piedad cuando presionas el gatillo. No eres un oficial de policía; eres un asesino a sangre fría, y lo sabes perfectamente. Ser un agente federal es solo una máscara para ocultar quién eres realmente. — sigue hablando.

— ¿Ahora me darás clases de moral? ¿Tú?

—No podemos dejar que gane. Es lo único que quiero. — me ignora por completo.

—Sabes, la única cosa que no entiendo es esa pequeña parte. ¿Por qué alguien como tú se preocuparía por mantener una lista completa de personas "inocentes" en orden? Me cuesta aceptar que realmente te preocupe la vida de otra persona que no sea la tuya. — agacha la cabeza, como si algo más en su interior le doliera. Quiero entenderlo, quiero creerle, pero la vida me hizo así de desconfiado y él se lo ha ganado a pulso.

—Estoy protegiendo a alguien. Ya te lo dije. — deja de jugar con la pelota.

— ¿A quién?

—A alguien que lo es todo para mí.

— ¿Ah, sí? ¿Y dónde está?

—No lo sé.

—Entonces estás protegiendo a alguien que no sabes ni siquiera dónde está. Sí, claro, como no. — no le creo una mierda.

Dangerous People ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora