Jack Connor.
Dejamos el coche a una cuadra y nos acercamos sigilosamente a la parte trasera del restaurante. Notamos que los demás vándalos también aprovecharon la situación para armar una guerra contra los policías. De ahí la explicación de porqué tanto tiroteo.
—Agente Connor. Es un gusto tenerlo aquí. — dice uno de los agentes mientras agoniza en el suelo.
— ¿Mario? — lo reconozco. — Tranquilo. La ambulancia llegará pronto, resiste. — lo animo. Sostengo su mano. Su pulso está cada vez más lento.
—Nunca pierda...la fe... en la...humanidad. — tartamudea. Intento alentarlo pero poco segundos después, ya no tiene pulso. No. Esto no es justo. Paso mi mano por sus ojos hasta cerrarlos. Los paramédicos llegarán el cualquier momento. Si ya estaba furioso, con esta muerte, empeoro más.
Seguimos recorriendo los pasadizos del restaurante, disparándole a quien sea que se interponga hasta que llegamos al escondite del presidente. Lo hombres de Jacob y la policía, se encargarán de los que están delante.
En cuanto derribamos la puerta, los guardias del presidente nos apuntan.
—¡Bajen sus armas e identifíquense! — nos ordena uno de ellos.
—Bájenlas ustedes primero. — respondo sin humor alguno.
—Bájenlas, son los hermanos Connor. — el presidente les indica.
—¿Qué pasó aquí? — hay un guardia muerto y Dexter está golpeado.
—Tres hombres entraron y tuvimos una pequeña pelea. Los chicos se fueron con un agente rubio para ponerlos en un lugar seguro y luego vendrían por mí pero no han regresado.
—¿Qué chicos? ¿Qué agente rubio? — espero que no sea lo que estoy pensando.
—Melanie, Javi y Jasper se fueron con su compañero. — responde Dexter. — Los tres hombres nos atacaron después pero luego simplemente se fueron. Como si lo que estuvieran buscando no estuviera aquí.
—¿Algo más importante que el mismísimo presidente? Estoy sorprendido. — dice Jacob con ironía. — Pero no estamos aquí para eso. Estamos aquí para negociar. — baja el arma.
—No creo que estén en posición de negociar conmigo.
—Oh, sí. Yo creo que sí. Todo el lugar está rodeado de muchas personas que quieren matarlo. Los soldados furiosos de nuestro padre, los protestantes y cualquier loco que tenga la oportunidad. Williams Connor lo seguirá hasta la eternidad si es necesario para asesinarlo y me temo que somos los únicos que podemos hacer algo para detenerlo. — parece dudar en confiarse de nosotros. — ¿Ve todo ese caos de ahí afuera? Es solo él. jamás podrán detenerlos.
—¿Está dudando de la capacidad de toda la seguridad de Washington?
—Toda la seguridad de Washington está ahí afuera y no han parado nada.
El presidente mira a Dexter.
—¿Qué es lo que quieren? ¿Cuál sería el trato? — comienza a acceder.
—Ahora sí nos estamos entendiendo. — no sé a dónde quiere llegar este chico pero confío en su poco juicio. — Pero primero me gustaría escuchar cuál es su propuesta.
—Necesito que detengan a su padre, tendrán el apoyo de todas las organizaciones. — respira hondo. — Entendí...entendimos el mensaje que dieron. Queda claro que los necesitamos y yo ya no puedo tolerar más pérdidas. Así no era el país, no era la ciudad de la que me enamoré a la hora de postularme como presidente. Así que toda la nación necesita su ayuda para arreglarlo. — continúa. ¿Debería sentir pena por él? No. Si su dolor se comparara con el que llevo años sintiendo dentro de mí, le daría vergüenza.
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Dangerous People ✔
RomanceLibro #2 de la Saga People 📚✅ Cansada de la monotonía, se adentra a nuevas oportunidades de empleo, a conocer nuevas personas y con suerte, logra entrar como mesera en el mejor restaurante de la ciudad. De un momento a otro se encuentra sumergida e...