Cae la noche.
Llevo puesto pantalones negros, suéter blanco y algo cómodo en los pies. Me hago una coleta alta y estoy lista. Oigo las bocinas de la Cherokee de Jack y bajo de inmediato. Me llevará personalmente al restaurante para conocerlo y saber dónde es.
Le doy un beso de despedida, pero al ver que también baja del vehículo, frunzo el ceño.
— ¿Qué haces? ¿No te tenías que ir?
—Entraré contigo, ¿no puedo? — no quisiera que entre por miedo a lo que Javi sería capaz de decirle.
—No vengo de visita, voy a trabajar. — no responde y entra antes que yo. Lo sigo y voy directamente a la barra mientras Jack observa todo el lugar.
— ¡Hola Jasper! — lo saludo con una sonrisa.
— ¡Hola Mela...nie! — se gira y su tono de voz cambia cuando ve a Jack detrás de mí.
—Él es Jack, mi novio. Jack, él es Jasper, mi nuevo compañero de trabajo. — los presento. Ninguno de los dos tiene buena cara.
— ¡Melanie! — Javi se acerca y me abraza. — ¿Y este guapetón quién es? — dice cuando ve a Jack.
—Es mi novio, Javi. — le aclaro y su expresión cambia radicalmente.
—Con que tú eres el...
— ¿Dónde está el uniforme que tengo que ponerme? No puedo perder más tiempo. —interrumpo, antes de que cumpla lo que había dicho que haría cuando conociera al causante de mis malas noches.
Le doy una mirada de advertencia y entiende.
—Te llamaré cuando termine mi turno, ¿de acuerdo? — me acerco y le doy un beso. No tiene buena cara, pero creo que es por Jasper. ¿Está celoso de él? No tendría porqué.
Tomo a Javi del brazo y dejo que me guíe hasta los casilleros. Jasper puede dar malas vibras por su cara de delincuente, sus piercings y sus sinnúmeros de tatuajes, pero creo que es buena persona. Al fin al cabo fue quien intercedió de alguna forma para conseguirme este puesto.
Entramos al vestidor, me da las llaves de mi casillero, me pongo la camisa rosada pastel que todos usan y el delantal.
—No sabes lo feliz que estoy de tenerte aquí. Pasaremos más tiempo juntos y sé que te acostumbrarás. Recuerda que los primeros días siempre son los más pesados. — es la primera vez que escucho algo positivo salir de su boca. No es de los que da palabras alentadoras constantemente.
—Muchas gracias. Sabía que tenías un lado bueno y me alegra haberlo encontrado. — nos reímos.
—No te creas, siempre seré la más perra de todas. — se mira al espejo.
— ¿Lista para tu recorrido? — suena la voz de Jasper. Está en el umbral de la puerta con las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.
— Claro. Estoy lista. — plancho el delantal con mis manos.
—Tu novio es un poco... peligroso, ¿verdad? — me extraña su pregunta.
— ¿Por qué lo dices?
—Nada que me afecte. ¿Nos vamos? — miro a Javi, quien me da una mirada aprobadora y salgo con él.
Lo sigo hasta llegar a la cocina.
Hay un montón de gente cocinando, otros lavando los trastes, organizando y etc.
—Aquí están los chefs que se encargan de preparar toda la comida y los menús que se sirven. — me miran y sonríen amablemente. — No puedo decirte los nombres de todos porque, como ves, son bastantes y la verdad es que nunca me los aprendí. — intento esconder mi risa. — Aquí vienen las camareras, buscan las bandejas y las llevan a sus respectivas mesas. —justo cuando lo dice, dos de ellas lo hacen y llevan hasta de tres bandejas en sus brazos.
Esa técnica me costará aprenderla.
Salimos de la cocina y vamos a otros lugares como: los baños, la oficina de Dexter, los corredores, el cuarto donde están todos los objetos de limpieza, la barra de bebidas y la bodega donde guardan todas las botellas.
—Me gusta el estilo de este lugar. — toco dócilmente una de las botellas de vino perfectamente colocada. Me recuerda a mi primera cita con Jack.
— ¿Cuál estilo?
—No lo sé, todo de madera y con toda clase de vinos. Es como si fuera una colección.
—Lo es. A Dexter le encanta coleccionar cosas. Tenemos las mejores bebidas importadas de otros países aquí. Por algo dicen que somos los mejores en nuestra zona.
—Hablando del señor Dexter, ¿está aquí hoy? — tengo curiosidad.
—No. De todas formas, es como si nunca lo estuviera. Pasa todo el tiempo encerrado en la oficina, no le gusta que lo molesten y solo sale cuando hay invitados importantes. Aunque diga que ha dejado la política atrás, sé que sigue metido en eso y trata de cubrirse con el restaurante.
— ¿Política? ¿El señor Dexter es político?
—Era, según él. De todas maneras, eso no nos concierne. — nos quedamos en silencio — Sigamos. — entramos a una parte más privada, donde hay una habitación. — Y esta... es mi habitación. — se nota. Es muy a su estilo. Tiene cuadros de calaveras y una guitarra en la esquina.
— ¿Te quedas aquí? Pensé que solo trabajabas un turno y te ibas.
—Tuve algunos problemas y Dexter me la prestó. — se sienta en la cama. — Aquí me quedo desde entonces.
—Pero... ¿te quedas aquí...solo? Lo digo porque supongo que cierran el lugar por las noches cuando terminan de trabajar. — se ríe.
—No tienes idea de lo que es este lugar por las noches. — se acerca.
—Explícamelo tú entonces. — huele muy bien, pero me hace sentir incómoda.
— Ven a la medianoche y lo sabrás. — es lo que responde y salimos de la habitación.
—¿A la medianoche? — estoy confundida.
Solo sonríe y sale de la habitación.
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Dangerous People ✔
RomanceLibro #2 de la Saga People 📚✅ Cansada de la monotonía, se adentra a nuevas oportunidades de empleo, a conocer nuevas personas y con suerte, logra entrar como mesera en el mejor restaurante de la ciudad. De un momento a otro se encuentra sumergida e...