— ¿Qué quiere, señor? — cruzo los brazos. Aun no olvido que casi todo lo que pasó anteriormente fue su culpa, o al menos la mayoría.
—Nunca tuvimos el placer de platicar formalmente. Me gustaría borrar esa versión que tienes de mí. Reconozco que muchas de mis acciones y decisiones no fueron las correctas pero esos métodos son los que nos han mantenido a salvo.
—Siéndole completamente honesta, no me interesa en absoluto hablar nada con usted. Trate de lidiar con su consciencia como pueda y déjeme en paz.
—Te recuerdo que tu madre todavía está en la cárcel y con un poco de mi ayuda, podría salir. Recuerda que sigue enferma y me gustaría...ayudarte con eso. — me extraña y me conmueve que mencione el tema de mi madre.
— ¿Pretende chantajearme con esto o cómo? Porque de una vez le advierto que no podrá controlarme como quiso hacerlo con Jack. O con Laura, por ejemplo. — le planto cara.
—Es pasado. Ahora somos personas diferentes. — sigo sin entender qué hace aquí. — Solo quería decirte que, con una cantidad considerable, podrán liberar a tu madre más pronto de lo establecido. Casualmente vine a comer algo aquí y te vi, así que pensé que deberías saberlo. A fin de cuentas, sigue siendo tu madre. — me cuesta creer que este encuentro haya sido una casualidad. Realmente ya no sé qué pensar, pero lo que acaba de decir no dejará de darme vueltas por mucho tiempo.
Horas después.
Frederick (al que ahora llamaré Freddy) ha dejado mi casa mejor de lo que pensé. Cuando vuelva a verlo le agradeceré mucho por esto. Me recuesto en el sofá y llamo a Eric para preguntar por mi hermano.
— ¿Cómo está? — ya sabe que me refiero a Junior.
—Lo traje al centro de rehabilitación. Se puso muy agresivo y tuvieron que sedarlo. Estoy seguro de que si hubieras estado presente te hubieras arrepentido, pero es necesario. Solo así mejorará. — contesta.
— ¿Pero...estará bien, verdad? — estoy muy preocupada.
—Espero que sí. Tú déjalo en manos de los expertos. Saldrá de esto. — sus palabras me dan esperanza.
— Cambiando de tema, ¿sabes dónde está Jack? No lo he vuelto a ver desde anoche. — me doy la vuelta en el sofá.
—Lo tenía en frente hace unos segundos, pero desapareció. Seguramente resolviendo sus cosas. ¿Quieres que le diga algo?
—No, está bien. Yo me encargaré. Cualquier novedad de Junior me haces saber por favor y muchas gracias por toda tu ayuda. Es muy importante para mí.
—Para eso estamos los buenos amigos. — contesta y cuelgo. De momento mi hermano está en buenas manos, pero ¿y mi madre? Está en la cárcel con un trastorno agotante. No sé qué hacer para poder ayudarla. Supongo que lo que dijo Simmons es la única manera. ¡Dios! Mi familia es un dolor de cabeza. Un dolor de cabeza del que me siento responsable de soportar.
Tengo nuevo trabajo, me mezclaré con gente distinta y muy diferente a mí. No es algo que me moleste, pero me cuesta salir de mi zona de confort muchas veces. También está el hermano desconocido de Jack, del que apenas sé algunas cosas contadas por terceros, bueno, no tan terceros si viene de su madre, pero hubiera preferido que me lo contara él, ya que, aparentemente todos lo sabían menos yo.
Esta misma noche, tengo que aclarar todo con él o me volveré loca.
Justo entonces, suena el timbre y abro. Es él. Va muy elegante y formal. Sigue usando sus trajes de tres piezas y su baja barba le da un toque más maduro y varonil.
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Dangerous People ✔
RomanceLibro #2 de la Saga People 📚✅ Cansada de la monotonía, se adentra a nuevas oportunidades de empleo, a conocer nuevas personas y con suerte, logra entrar como mesera en el mejor restaurante de la ciudad. De un momento a otro se encuentra sumergida e...