Una tarde de emociones fuertes. Sus hermanas lloraron al encontrarla en casa. Ninguna palabra podría mostrar lo que sentían al estar alejadas. Shino, su amigo continuaba visitando la casa cada vez que podia ya que tenia un nuevo trabajo con Sir Hizashi en el bufette como su asistente, que lo absorbía demasiado.
Hanabi no estaba muy contenta con eso. Cada vez que intentaba sacarle información su bella hermana cambiaba drásticamente de tema.
Durante la tarde platicó con sus hermanas y hasta les preparo la comida que los cuatro disfrutaron como si nada hubiese ocurrido, como sí todo fuera como antes. Hinata lanzó un suspiro. Ya nada podia ser como antes, ni siquiera ella. Algo dentro de su ser había cambiado de una manera tan drástica que la vieja Hinata se esfumó como una estrella que así como nació tuvo que morir.
A las diez de la noche el claxon de un auto les interrumpió en la animada charla de los últimos sucesos en el mes que estuvo ausente. Natsu se asomó abriendo sus grandes ojos blancos ante la imagen del lujoso auto negro y el enorme hombre saliendo del vehículo.
- natsu quedo impresionada por tu esposo - le dijo hanabi sonriendo al ver a su hermana pequeña en la ventana -. Por días estuvo hablando de lo fuerte y alto que es, creo que está un poco enamorada de él.
Hinata sonrió apenas y fue en busca de su bolso de viaje.
El timbre de la puerta se escuchó por toda la casa. Natsu corrió a abrirla levantando su rostro hacia el poderoso gigante que con su presencia llenaba la casa.
Naruto miró a la pequeña niña de cabello castaño que no dejaba de observarlo. Inclinó la cabeza en modo de saludo sin saber como reaccionar ante tal escutrinio. La puerta estaba abierta. Hinata abrazaba a su bella hermana y Hiashi hyuga buscaba por todos los medios no mirarlo.
- Buenas noches.
Su saludo sólo fue contestado por voces femeninas. La falta de educación de su suegro y ex empleado no le importó en la más mínimo. No hizo ningún intento por pasar, miró a su esposa y ella al parecer aceptó su actitud apresurando su despedida.
- Mañana muy temprano vendré para que vayamos de compras-. Le dijo Hinata a hanabi mientras se soltaban del abrazo.
- ¡Claro! - Exclamó la joven entusiasmada.
- Buenas noches, ¿Papá?
Hiashi miró a su hija intentando borrar toda hostilidad de su rostro. Sus ojos de pronto se encontraron con los ojos de kyubi y un calor subió por todo su cuerpo haciéndolo sonrojar de rabia.
- Buenas noches mi bella.
La joven asintió con una sonrisa y salió de la casa de su padre con su esposo tras ella.
Le abrió la portezuela ayudándola con el bolso que arrojó al asiento trasero. Cerró la puerta y mientras rodeaba el auto miró hacia la planta alta en donde la luz de la habitación de sus padres estaba encendida. La silueta de su padre se dibujo en la cortina con los brazos a cada lado de su cuerpo oprimiendo sus manos en puños.