VERDADES
Hinata no fue capaz de levantar el rostro de sus manos sobre su regazo, Toneri se detuvo frente a su departamento, apagó el motor emitiendo un suspiro.- Lo sient...
- Lo siento...
Ambos hablaron al mismo tiempo y ella sonrió mirándolo mientras él reía moviendo la cabeza.
- Lo siento -, él la miró moviéndose un poco hacia ella - no sé que fue lo que sucedió para terminar abruptamente la cita, tú estas cansada por lo de tú embarazo y yo no debí...
- No Toneri, no has sido tu - le interrumpió apresurada -, yo..., no sé que fue lo que me paso. Creo que es demasiado pronto para haber aceptado cenar contigo.
- Eso debe ser - asintió tranquilo -. Aún así fue una cena perfecta a tú lado.
- Hasta que derramé el agua en el mantel.
Rió algo avergonzada. Toneri hizo lo mismo negando con la cabeza sus palabras.
- No, ese pequeño detalle no tiene la menor importancia - replicó alargando una mano hasta tocar la suave lana de la manga de su abrigo -, está noche la he disfrutado como no lo había hecho en mucho tiempo.
- No lo creo - movió la cabeza -, he visto esta noche que las mujeres en el restaurante me envidiaban. Muchas de ellas hubieran sido una mejor compañía que yo.
- No Hinata, ninguna de ellas podría compararse contigo -, su mano bajó hasta la de ella sosteniéndola suavemente.
Hinata le miró directamente. Sus ojos blancos estaban sorprendidos por sus palabras, movió la cabeza negando sus palabras.
- Lo siento Toneri - apartó su mano de la de él y buscó la manija de la puerta del auto -, n-no es el momento, ahora no puedo. Lo siento.
- Hinata - la detuvo tocándola apenas en el hombro -, esperaré. Eres una mujer maravillosa, nunca había conocido a alguien como tu, seria un tonto si dejara pasar la oportunidad de conocerte mejor. Permiteme hacerlo, Hinata, yo no estoy al tanto de las cosas que una mujer le gustan para conquistarlas, pero realmente me gustaría que me dieras una oportunidad de hacerlo.
Hinata se detuvo bajando la cabeza, se estremeció apenas ante las palabras del doctor. Estaba consciente de haber aceptado su invitación buscando la manera de olvidar todo lo que había pasado en los últimos meses, sin embargo su corazón estaba siendo estrujado por un sentimiento de culpa de pensar en Naruto acostado en esa cama en coma y los papeles de divorcio firmados en la habitación fría y solitaria.
Sus ojos se fijaron en su vientre apenas abultado. Se llenaron de lágrimas, ¡Su hijo! Lo único que le quedaba de él. Empero la vida tenia que seguir y ella con la vida. Levantó la cabeza y miro a Toneri.
- ¿Puedo pensarlo? - Le preguntó calmada.
Toneri sonrió algo emocionado asintiendo.
- Por supuesto.
Hinata asintió y salió del auto hacia el edificio.
Toneri golpeó el volante con entusiasmo. No se negó, aunque tampoco acepto de inmediato. Una esperanza creció en su corazón, al fin están dándole la vuelta a una pagina que le mantuvo fuera de tener una oportunidad de ser feliz. Encendió el motor de su jaguar y arrancó convencido de que su vida y la de Hinata estaban a punto de cambiar para mejor. Estaba seguro.
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La impaciencia estaba acabando con él. Los estudios le habían mantenido despierto toda la noche y parte de la madrugada, ahora mismo estaban tomándole por milésima vez los signos vitales como si esperaran que fuera a caer muerto de un momento a otro. Suspiró molesto dejándose caer en la cama de su nueva habitación en el hospital, era mucho más lujosa y cómoda que la de terapia intensiva en la que según los médicos había estado inconsciente por casi mes y medio. Contestó a su interrogatorio; la mayor parte preguntas sobre su vida, cuando llegaron al momento de su "accidente" su cabeza se sentía en completa confusión.