♡Capítulo 31♡

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Las sabanas blancas competían con la piel pálida de la joven

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Las sabanas blancas competían con la piel pálida de la joven. Su azulada cabellera la palidecia aún más. Hiashi miraba a su hija desde la silla junto a la cama. No quería alejarse de ella. Nadie lo separaría de su bella Hinata. La culpa lo estaba agobiando y ahora lo que quería era estar ahí para cuando se despertara y pedirle perdón por todo lo que había hecho.

Sujetó su mano fría dejó caer su frente hacia ella dejando escapar un sollozo. ¡Oh Dios! Era un padre terrible. ¡Habia estado a punto de lastimar a su hija y matar a su nieto! Se merecía el desprecio de Hinata. Sin embargo tenía la esperanza de que le perdonara, ella era como su madre, tenia un corazón lleno bondad que no pudo impedir que se enamorara de kyubi.

Quizá con el tiempo ella se diera cuenta del error y que su corazón estaba confundido. Tenia que entender que aceptó casarse con él en unas circunstancias poco normales y ahora creía que estaba enamorada de él. Eso pasaba en algunas víctimas de secuestro, a veces se enamoraban de sus carceleros. Además, Hinata era una joven inocente, nunca conoció a un hombre del que se hubiese enamorado y entonces se presentó ese desagradable asunto que la obligó a vivir con ese hombre en una vida que no le correspondía. Él fue su primer amante, no era extraño que Hinata confundiera el amor con sexo.

Ahora que estaba lejos de él recapacitaria y pronto seria sólo parte del pasado. Limpió las lágrimas besó su mano y se irguio mirándola con tristeza.

Naruto salió del ascensor. Un silencio le recibió en el tercer piso de la mansión sede matriz de las empresas Namikaze. Mei se levantó del asiento tras su escritorio siempre seria y formal, le tendió un fajo de hojas blancas; Naruto los miró tomándolos con indiferencia y continuó su camino hacia su oficina. Abrió la pesada puerta, un destello apareció en su cerebro: el cabello azulado sujeto en una trenza y el cuerpo delgado y pequeño jalando la puerta para huir de él. Oprimió la mano libre en un puño furioso consigo mismo, entró dejando que la puerta se cerrara de golpe.

Mei hizo una mueca y se dejó caer casi exhausta en su silla.

El regreso de kyubi a la oficina estaba acabando con sus energías. El trabajo se acrecentó después de aquel escándalo que parecía no tener fin. Diario salia una nota sobre kyubi en el periódico, nada parecía acallar los rumores.

Miró hacia la puerta cerrada. Tenia la impresión que los próximos días serian los más difíciles desde que empezó a trabajar para Naruto Namikaze.

Los ojos azules de Naruto recorrieron la habitación. Al fin estaba en su territorio dispuesto a pelear por lo que tanto luchó. Había regresado con más fuerza, más sed de sangre. Kyubi estaba de vuelta. Regresaba con unas nuevas heridas de guerra, pero las había vuelto a cubrir con una armadura impenetrable. Ahora estaba al frente de la batalla dispuesto a cualquier cosa para terminar con sus enemigos sin una pizca de piedad.

♡𝐊𝐲𝐮𝐛𝐢♡-メ𝓝𝓪𝓻𝓾𝓱𝓲𝓷𝓪メDonde viven las historias. Descúbrelo ahora