Caminó con calma consiente de el hombre rubio que se mantenía a su lado en silencio. No se encontraba comoda junto a él. Se acomodó la cálida estola alrededor de sus hombros.
- Permitame.
Deidara acomodó la prenda caballeroso alejándose rápidamente de ella.
- Fue una sorpresa el enterarme de la boda - dijo con su esplendido acento francés -. Tenia casi tres años de no pisar Londres, ni de tener noticias de Naruto ni de killer, y de pronto me llega la noticia de que se ha casado, fue como una bomba.
- Lo imagino - asintió Hinata sin dejar de caminar.
Él la detuvo sujetándola del brazo. Hinata levantó el rostro mirándolo algo sorprendida.
- ¿Por qué te has casado con él?
La sorpresiva pregunta la dejo por un momento sin saber que decir. Se soltó dando un paso hacia atrás.
- Naruto me dijo que ustedes lo sabían.
-¿Saber que?
- El porque nos casamos -. Respondió inquieta.
- ¿El cuento aquel de que eres el pago de una deuda? - Inquirió Deidara burlón -, killer puede ser un poco cínico en lo que respecta al matrimonio.
Así que eso era para ellos ¿El pago de una deuda?
- Si, soy el pago de una deuda -. Susurró la joven temblorosa -. Soy el pagaré que mi padre tuvo que dejar para pagar el robo de un dinero que nunca debió haber tomado.
Un sollozo escapó de su garganta sin que pudiera evitarlo. Le dio la espalda negándose a permitir que la viera avergonzada ante lo que acababa de decir.
- Lo siento no debí...
- No, esta bien, usted es uno de los mejores amigos de Naruto - movió el rostro apenas dejándole ver parte de su perfil -, tienen derecho a saber la verdad. Disculpe yo..., necesito...
- Lo siento, no fue mi intención lastimarla - se acercó apresurado -, creo que esperaba escuchar que era mentira lo que killer me dijo; Naruto se ha convertido en kyubi de la que todos hablan, tenia la esperanza de que hubiese cambiado un poco.
Hinata permaneció inmóvil, tenia deseos de salir corriendo a pesar de sus disculpas. ¿Qué más podia pasar para que se sintiera como un objeto de cambio?
Sintió que un frío gélido la recorría de los pies a la cabeza. Se estremeció ajustando su estola y cruzando los brazos sobre su pecho.
- Somos amigos desde la infancia ¿Sabias? - dijo con un dejo de nostalgia -. Él y killer me ayudaron cuando llegué al internado. Era el chico extranjero, mas bajo que la mayoría de los demás alumnos, fui maltratado por chicos más grandes que yo hasta que Naruto me salvó. Después de eso me convertí en su sombra killer se burlaba de mí diciendo que parecía su mascota siempre tras él; eso lo divertía y yo... ¡Maldición! - pasó una mano por su cabello -, lo admiraba y me propuse ser como él.