Un grupo de hombres se acercó a Naruto apenas bajaron del avión privado, uno de los guardias de seguridad de kyubi la separó del grupo, Hinata los siguió confusa mientras veía a su esposo alejarse sin volver la vista atrás. Intentó hacer preguntas pero cada vez que abría la boca se iba uniendo un guardia más hasta que la rodearon cubriéndola de las miradas curiosas de la gente en el aeropuerto.
Se dejo llevar hasta una salita privada en donde la dejaron sola. A los pocos minutos una azafata entró con un café y unas galletas.
- ¿Sabe usted qué esta pasando? - Demandó a la mujer antes de que saliera.
Ella la miró negando con la cabeza.
- Lo siento.
- ¡Por favor! Mi esposo..., se lo llevaron y no sé que es lo que esta pasando.
- No puedo decirle nada señora - le sonrió disculpándose -. Lo siento.
La miró salir y volvió a sentarse frustrada de no poder saber nada de lo que estaba pasando. Pasaron los minutos y después media hora, una hora, hasta que se levantó cansada y fue hacia la puerta dispuesta a salir de ahí; antes de que pidiera hacerlo la puerta se abrió. Killer estaba frente a ella con una expresión sombría, la miró no dijo nada sólo asintió y los guardias tras él se acercaron a ella.
- Por favor Baronesa -, estiró una mano indicándole el camino hacia la puerta -. La llevaremos a Rectory Mayor.
- ¿killer? ¿Qué pasa? - Miró al amigo de su esposo asustada y nerviosa.
- Tiene que volver a Rectory Mayor -, la miró con un leve brillo de indiferencia.
-¿Por qué? - levantó la voz cansada de que nadie pudiera decirle lo que pasaba -, necesitó saber que esta sucediendo, simplemente me separaron de Naruto y nadie me ha dicho nada.
- La llevaran en helicóptero - le dijo indiferente a sus palabras -, ahí estará más segura y alejada de la prensa.
- ¡No pueden! - Exclamó dispuesta a seguir peleando -. ¡No me pueden alejar de mi esposo! ¡Quiero estar a su lado pase lo que pase!
- Llevatela - ordenó impasible al guardia.
El guardia la tomó del brazo y la llevó con él hasta la puerta a pesar de la lucha de la joven por soltarse.
- ¡No, no! ¡killer, por favor quiero ver a Naruto!
- Él no te quiere ver, al menos por ahora -. Le dijo antes de salir de la habitación con la majestuosidad que lo caracterizaba.
Con lágrimas en los ojos caminó junto al guardia. Sentía un enorme peso en la espalda, era como si el cansancio de una vida hubiera caído sobre ella. Limpió las lágrimas con la mano libre y se dejó llevar hacia el aparato negro brillante con el logotipo de las industrias Namikaze.