Hanabi movió la cabeza negando por ¿Tercera o cuarta vez? Hinata suspiro entre la tela amarilla del vestido de brillante seda.
- No es tu estilo - le dijo su hermana rodeándola - y definitivamente no es tú color.
- ¡Por amor de Dios! - Exclamó Hinata posando sus manos en su estrecha cintura -, esto de buscar un vestido para la fiesta de está noche me va a hacer odiar salir a comprar ropa.
Hanabi rió divertida deteniéndose de su inspección, le rodeó los hombros acercándose a ella. Ambas hermana se miraron en el espejo.
- Ya odias salir a comprar ropa -. Sus ojos blancos la miraron a través del reflejo -, si no fuera por mi vestirias ropa antigua, para nada favorecedora a tu hermosa piel y alborotado cabello.
-¿alborotado? - levantó una bien definida ceja oscura -. ¿De dónde has sacado semejante palabra?
- Tengo un buen repertorio de palabras.
Hinata se separó de su hermana volviendo a entrar al vestidor, cerró la puerta forrada de seda rosa pálida. Miró el vestido ya colgado en la percha y suspiró sintiéndose un poco cansada. Sacó un nuevo vestido del forro de plástico lo sujeto delante de su cuerpo que portaba sólo su sencilla ropa interior. Era de color azul casi celeste, la tela brillaba. Los ojos de Naruto llegaron a ella penetrantes y hechiceros. Acarició la tela antes de ponerse el vestido.
Abrió la puerta algo insegura. Se acercó al espejo temblando, levantó una mano hacia el adorno de piedras que rodeaba su cuello y del que se sujetaba la tela del vestido que ceñía su cuerpo hasta la mitad de su costado para caer en suaves lineas hasta sus pies. Su piel parecía contrastar con el brillo de la tela y su cabello brillaba a pesar de seguir atado en su tradicional trenza.
Su hermana había desaparecido de la habitación de probadores de la lujosa boutique a la que casi la había obligado a entrar. Miró sus hombros desnudos e insegura pensó en Naruto. ¿Se molestaría por lo poco practico que resultaba el vestido en la pronta llegada del invierno? ¿Y si...
- ¡Dios mio!
Su bella hermana la miró desde la entrada con una taza de té. Buscó un lugar en donde dejarla y se acercó apresurada.
- ¡Este es el vestido! - Exclamó sonriente -, sabia que no podia tener tan mal gusto.
- Este vestido lo he elegido yo...
- No importa, parece que al fin has aprendido algo de tu hermana menor.
- Jajaja...
A pesar de encontrar el vestido ideal para esa noche no salieron de la boutique hasta casi dos horas después.
Llevó en taxi a su hermana a casa comió con ellos encontrándose con la sorpresa de una inesperada visita de shino.
- ¡Hinata! - Exclamó emocionado antes de abrazarla con fuerza -. Pensé que no volvería a verte, que kyubi no te permitiria volver a ver a tú familia.