Dos para dos

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"¿Están seguros de que estarán bien?" Keith dijo inquieto, mirando de Shiro a Lance y de vuelta como si estuvieran propensos a desparecer en cualquier instante. Shiro se río y tiro de Keith a otro abrazo, escondiendo un beso en su cabello y riendo aún más cuando Lance se abalanzo para envolver a Keith firmemente del torso, haciéndolo jadear mientras todo el aliento se le salía. En un típico gesto de Lance.

"Estaremos bien," Shiro prometió, dándole a Keith una ultima caricia y asintiendo hacia el auto detenido en el sendero. Pidge toco la bocina y Hunk asomo la cabeza por el quemacocos, indicándole a Keith que se aproximara. "Ve, te están esperando, corazón," Shiro murmuró.

Keith aun dudo, y no era una sorpresa - él y Shiro no habían estado separados tanto ni estado tan lejos por cerca de ciento treinta años, y este era un gran paso. Pero habían accedido a ello hace meses luego de que Shiro hubiera caído en un grave brote de melancolía y tras mucha persuasión de Keith y Lance, admitiera que había estado pensando en que Lance y Keith habían estado juntos por más de dos semanas antes de que los tres se volvieran algo. Dos semanas, claramente, no eran nada en el enorme espectro de las cosas, especialmente comparados con los dos años juntos desde la transformación de Lance. Y no es como que Keith hubiera hecho algo sin que Shiro supiera; Shiro le había dicho que todo estaba en orden porque quería que Keith, y Lance fueran felices.

Y lo habían sido. Sin él.

Para Shiro, aquellas dos semanas habían sido dolorosas. Cada vez que Keith volvía con reluciente alegría y oliendo a Lance, Shiro era nuevamente recordado que no tan necesario como antes se había permitido creer. Cuando recién había transformado a Keith, había estado seguro de que Keith iba a abandonarlo y despreciarlo lo mas pronto posible; claro que eso no sucedió en absoluto, pero el temor de no ser suficientemente bueno permaneció.

Luego de que Shiro les hubiera confesado eso, Keith y Lance quedaron horrorizados. Siempre habían apreciado la equidad en su relación, así que idearon un plan para hacer las cosas bien a pesar de la insistencia de Shiro en que todo estaba en orden. (Ambos habían mirado hacia él por unos segundos con expresiones que claramente decían, Deja de intentar tragarte tus sentimientos por una vez, Takashi, y continuaron planeando.)

Asi que el plan era este: Keith y Lance habían tenido dos semanas entonces, asi que Shiro y Lance tendrían dos semanas ahora. Keith iría de paseo con Pidge y Hunk, los únicos humanos a quienes Shiro confiaría a sus compañeros. Irían a verse con Thace y Ulaz en San Francisco, así Keith tendría otros vampiros con quienes cazar, y planeaban continuar hacia Las Vegas y después Los Ángeles para ver a las familias de Hunk y Lance. Keith estaba ansioso por pasar más tiempo con Hunk y Pidge, y él admiraba a Thace y Ulaz enormemente, pero Shiro sabía que también estaba asustado e inseguro acerca de la separación.

"Estaremos aquí mismo cuando vuelvas," Lance le dijo, al sentir de igual forma el malestar de Keith y besando sus mejillas con una sonrisa. "No te diviertas tanto en las Vegas sin nosotros, chico murciélago. Y envíame todas las fotos vergonzosas de Pidge y Hunk que puedas, ya que van a estar súper ebrios."

"Y asegúrate de que estén bien," Shiro añadió rotundamente. Lance rodo los ojos. "La intoxicación etílica es muy seria, Lance."

"Si, te importaba muchísimo eso cuando nos emborrachaste con tu vino antiguo en la playa," Lance respondió. Shiro lo miro mal. A Lance le gustaba empujar sus límites por las consecuencias y Shiro nunca podría negárselo. "Bromeo. Asegúrate de que no hagan nada muy tonto, especialmente Pidge...y manténganse en contacto, ¿Si?"

"Tendrás fotos cada día," Keith prometió sinceramente. "¡Con geofiltros!"

Lance le sonrió. "Estoy tan orgulloso," le dijo a Shiro, quien aun no estaba del todo seguro que eran. "Bien. Adiós, Keith. Te amo un montón."

El Huracán En Sus VenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora