Lance los miro. Ellos devolvieron la mirada.
"Um," dijo. "Perdón, eso fue algo...no quise solo. Decir eso. Asi." Se rasco la cabeza. Ellos continuaron viéndolo con horror y completa confusión. "Pero, uh, si, es lo que el libro acaba de decirme que debe suceder."
"¡No!" Keith exclamo. "Que- por que siquiera - ¡Jamás te haríamos eso, Lance!"
"Bueno, es decir, técnicamente hablando, ustedes podrían..."
"Lance, no sabes lo que estas pidiendo," dijo Shiro seriamente, aunque sus ojos delataron lo asustado que estaba. "Eso sería - estarías abdicando a tu voluntad, Lance, en sí mismo es bastante peligroso, pero durante - ¿Con el sexo?"
"Digo, yo confió en ustedes," comenzó Lance, pero Keith aun no terminaba.
"No importa si confías en nosotros, Lance, ¡No serias capaz de negarte a nada! Incluso si no lo quisieras realmente, el control te hace creer que sí, te quita la habilidad de consentir, ¡¿No lo comprendes?! Sentiste el control de Lotor, sentiste mi control, ¡Sabes que es verdad! Los poderes están supuestos para someter y matar presas, no para amantes, no para ti." Keith cruzó sus brazos.
"Si, lo entiendo," Lance suspiro. "Pero, escuchen, el libro dijo que, si lo hacíamos, finalmente podría ser capaz de despertar mi magia, o lo que fuese. Al menos, creo que esa era la cuestión."
"Lance..." Shiro sacudió la cabeza. "Sería como aprovecharnos de ti."
"¿Qué tal si yo quiero que se aprovechen?"
Keith estampo una mano sobre su rostro con abatimiento. "¡Asi no es como funciona!"
"¡Creí que estaban de acuerdo con todo eso de 'ayudar a Lance a descubrir sus poderes Alteanos'!"
"¡No intentes hacerte la victima!" Keith respondió.
Lance elevo sus manos. "No estoy haciéndome la víctima, solo les estoy diciendo lo que el libro me dijo, ¡y yo creo que ustedes están haciendo de esto un asunto más importante de lo que debería ser!"
"¡Esto es un asunto importante!" respondió Shiro, y Lance entro en silencio, cruzando los brazos. "Claro que deseamos ayudarte, Lance. Pero esto no te hará bien. Ninguno de nosotros quiere ponerte en una situación en donde no puedas comunicar apropiadamente tus sentimientos o pedirnos que nos detengamos." Lance abrió su boca, pero Shiro añadió, "Y no me digas que estarás bien con lo que sea que hagamos, porque no estuviste bien una vez, y fue solo porque notamos que estabas alterado que pudimos arreglar la situación. Si estuvieras sometido, no seriamos capaces de sentir nada más que tu abrumador deseo por una mordida, pese a tus verdaderos deseos."
"Se los diré ahora, ¡Ese es mi verdadero deseo!" dijo Lance.
"La respuesta es no, Lance," dijo Shiro.
Lance miro a Keith, quien estaba viendo a otro lado con ceño fruncido.
Resoplo y tomó su libro, la tostada, y el abrigo, caminando hacia la puerta y poniéndose sus zapatos mientras ambos vampiros observaban abatidos.
"Lance, ¿A dónde vas?" suspiro Shiro.
"De vuelta a casa de Pidge, para poder ver a Allura y hablar de esto con alguien que me ayude," dijo. "Ahora pueden irse de vuelta a dormir, yay."
"Lance..."
"No, entiendo. Nada de control. Estoy algo confundido acerca de lo que hay que hacer ahora, porque básicamente estoy en un punto muerto en esto de la magia, y el Códice acaba de darme algo, pero es inservible porque los únicos vampiros en que confió no lo harían, asi que. Adiós. Dulces sueños. Lamento lo de tu taza, Shiro." Lance se fue antes de que pudiera cambiar su opinión o cualquiera de ellos pudiera convencerlo de quedarse.
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El Huracán En Sus Venas
أدب الهواةEs el verano tras la graduación, Lance, Hunk, y Pidge pasarán tres meses juntos en el pintoresco pueblo natal de Pidge en California, Rosewood; antes de tomar caminos separados en su vida. Se supone que sea divertido y relajante, repelto de largos d...