❥Capitulo 9

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Lance despertó aturdido, mareado y confundido, su visión enfocando y desenfocando – era arrastrado por alguna especie de vestíbulo, sin ventanas, con altos arcos de piedra y lámparas de pared que emitían una áspera luz violeta. No fueron hechas para la visión humana, eso era un hecho. El pánico oscilo por él, opacando momentáneamente el enloquecedor dolor de su cabeza. El choque, el Galra, Keith, todo comenzaba a regresar. Había sido capturado, llevado hacia lo que posiblemente era el cuartel Galra, lo que significaba que era un humano actualmente rodeado por vampiros hambrientos quienes, a diferencia de Keith y Shiro, no tenían un dilema moral respecto rasgarlo en pedazos.

Pero no soy humano, Lance pensó repentinamente. Mi sangre...la magia, el libro, el cristal...

El alivio fue corto en cuanto se percató de que, jodidamente obvio, había dejado el cristal en su bolsa del auto. Y el libro probablemente se estaba riendo de él y su estupidez, desde donde estuviese. Shay había dicho que reaparecería ante el pronto, pero Lance no podía visualizar aquello sucediendo aquí– no solo era una idea ridícula, había algo en el aire de aquí, un tipo diferente de magia, una que hacía que Lance quisiera envolverse en un ovillo y esconderse. Era un tipo de magia corrompida, una que haría lo pudiera para mantener al libro fuera; era todo lo que Lance sabia por seguro.

Había dos Galras arrastrándolo, guardias de algún tipo por la apariencia de sus armaduras como uniformes. Ambos lucían similares al Galra del bosque – purpuras, piel venosa, facciones casi animales, con largas orejas puntiagudas, eran altos y fornidos. Aunque eran menos peludos que el Galra del bosque, y no parecían demasiado interesados en comerse a Lance por el momento, lo que era bueno.

Lance debatió mentalmente las ventajas y desventajas de pretender seguir inconsciente. La curiosidad le gano después de unos segundos, y pregunto, "¿A dónde me están llevando?"

Los Galra apenas reaccionaron, lo que significaba que probablemente ya sabían que estaba despierto. "Con el príncipe," dijo uno luego de una pausa.

Lance trago. Bien, nada bueno. De acuerdo con Shay, esto era bastante no bueno. "¿por qué?" los presionó.

Los Galra intercambiaron miradas. "eres un humano raro," dijo uno. "además el Príncipe desea tenerte para su uso personal."

"¿Uso?"

"silencio," el Galra exigió, tirando de su muñeca bruscamente. "casi llegamos."

"¡¿a qué te refieres con, su uso personal?!" Lance siseo. "¿te das cuenta de cómo suena eso?"

"si," dijo el otro Galra, y giraron en la esquina del vestíbulo y pasaron debajo de un arco mas alto, hacia una amplia, cámara circular que tenía que ser la habitación del trono, juzgando por la gigante, silla vistosa en la esquina alejada de la habitación, la cual se posaba en una tarima. El techo era más alto que en el vestíbulo de afuera y decorado con mas brillantes luces violetas, pero seguían sin haber ventanas. Lance tenía la ligera sospecha de que estaban bajo tierra.

Todos los pensamientos acerca de la decoración volaron por las inexistentes ventanas tan pronto vio a Keith.

Keith acababa de ser empujado por otro arco en la esquina mas alejada de la habitación, y lucia mucho peor – sus pálidos brazos estaban manchados con horrendos moretones y tenia un ojo morado creciendo debajo sus revueltos mechones de cabello, que caían sobre su rostro mientras los Galra lo forzaban a caminar hacia el trono.

"¡Keith!" Lance grito, la cabeza de Keith salto, sus ojos ensanchados y completamente amarillos, regresaron a la normalidad cuando vio a Lance. Palideció, y comenzó a tirar de las esposas en sus muñecas frenéticamente, ignorando los gruñidos y empujones de sus captores. Keith parecía preocupado, y enojado, y Lance tenía el sentimiento de que no era por su propio bienestar.

El Huracán En Sus VenasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora