~capítulo 8~

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—Creo que me quedaré con este. —Le digo por fin a Marina mientras salgo del probador con él puesto.

Después de mucho rato mirando diferentes marcas, me he decidido por un vestido de tirantes con la parte de arriba de encaje rosa grisáceo y con escote en pico, la falda es rosa palo y de tul, hasta las rodillas.

—Vas a estar preciosa. Te queda genial. —Dice Marina mientras me coloca bien la cremallera de detrás.

Le sonrío mientras me pongo los zapatos, son unos negros de tacón sin ningún adorno.

Cuando ya estoy completamente arreglada, me miro bien en el gran espejo de cuerpo entero.

—Explícame otra vez porqué tengo que ir tan arreglada para estar en mi propia casa, porfavor.

—Papá ha invitado a varios inversores y
multimillonarios, y necesita que estén presentes todos sus hijos. Más que una fiesta es una ceremonia para cerrar acuerdos y hacer nuevos contactos.

—Vamos, como siempre. —Digo mientras vuelvo a guardar los zapatos de nuevo para pagarlos.

Marina suspira y asiente.

—Entre las familias que vendrán hoy estarán la de Lu, la de Polo y la de Carla. Ah, y Ander también.

—¿La de Ander también? —Pregunto extrañada mientras cierro la puerta del probador y así quitarme el vestido.

—No, solo va Ander. A mi padre le cae muy bien y como es uno de los mejores amigos de Guzmán, pues puede ir cuando quiera. La familia de Ander no se mete en esas cosas.

—Menos mal, es lo único que no ha cambiado desde que me fui.

—Supongo.

—¿Conozco a alguien más que vaya a ir? Lo digo para que no me pille desprevenida y haga el ridículo.

—Bueno, papá me ha dicho que invitase a los becados. Ya sabes, a Samuel, Nadia y Christian.

—Perfecto, creo que me podría llevar bien con ellos.

—Sí, y yo. Pero lo que me preocupa es que estoy por jurar que papá no lo ha hecho por placer, quiere sacarles algo.

—Les advertiremos. —Digo saliendo del probador con el vestido en la mano y tendiéndole los zapatos a Marina para que los lleve.

Ella asiente y las dos vamos a la caja. Pagamos todo y salimos de allí.

—Espero que no te enfades, pero mamá me ha pedido que te pida por favor que vengas para que te arreglen el pelo y maquillen en casa. Quiere verte.

Suspiro pensándolo. Creo que no sería tan mala idea, al menos a mi madre no es a la que se le ocurrió mandarme fuera.

—Está bien, ya que pasaré la mayor parte de la noche con ellos, por pasar dos o tres horas más no pasará nada.

Marina asiente muy contenta y extiende la mano para que pare el taxi que acaba de entrar en la calle.

Una vez montadas nos esperan 45 minutos largos de viaje hasta mi antigua casa.

Extraviados -Ander y tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora