Cuando termino de lavarme los dientes, entro a mi habitación. Pego un salto cuando veo a mi hermano metido en mi cama, con la manta hasta la nariz.
—¿Guzmán? —Pregunto frunciendo el ceño.
Guzmán asoma la nariz y me mira con una mueca triste.
—¿Se puede saber qué haces en mi cama? —Me cruzo de brazos y pongo mi peso en una pierna.
—Ven. —Oigo su voz ronca a través del edredón.
Camino lento y precavido hasta el pie de mi cama. Cuando estoy delante de mi hermano, este abre la manta de golpe.
—Túmbate conmigo, por favor.
Casi me echo a reír. ¿Guzmán me está pidiendo algo por favor? O peor, ¿Guzmán me está pidiendo que compartamos cama? ¿Como cuando teníamos 4 años?
—Emm. ¿Vale..? —Murmullo mientras me tumbo a su lado. Luego Guzmán vuelve a taparnos con la manta.
Los siguientes minutos nos los pasamos en silencio, yo mirando al techo y Guzmán dándome la espalda, mirando a la pared.
—A ver, Guzmán. ¿Qué coño te pasa?
—Nada.
—Cómo no me lo digas, les digo a todos que Lu y tú ya no estáis juntos. —Le amenazo con lo primero que se me ocurre.
—Da igual, ya lo sabe todo el mundo. —Suspira sin mirarme.
Me muerdo el labio, frustrada.
—Vamos, Guzmán. Parece que te haya pasado un camión por encima. ¿Qué ocurre?
Mi hermano suspira por centésima vez, pero por fin se gira sobre sí mismo y me mira.
—Samuel me ha dicho que Marina piensa fugarse con su novio mañana en la fiesta. —Suelta para después volver a suspirar.
Me quedo mirándolo sin saber qué responder. Si le digo que ya lo sé, me va a echar en cara no habérselo contado, si me hago la sorprendida, no me va a creer y me lo va a echar en cara igual. Sea cual sea lo que escoja, va a acabar mal.
Al final voto por la segunda opción.
—¿Vas enserio? —Exclamo.
Guzmán me mira fijamente. Oh, no. Esta es su táctica, una prueba para ver si miento.
Y, como me pasa siempre, tras uno segundos, se me escapa una risita y me tapo la boca con la mano. Mierda.
—Talía, ¿me estás mintiendo? —Pregunta, levantando una ceja.
—Yo.. no.. Puede.. No
—Me estás mintiendo. —Me corta, afirmando su suposición.
—Vale, sí. —Confieso poniendo los ojos en blanco.
—Perfecto, osea que lo sabías pero no me lo has dicho.
—Yo..
—¿Quién te lo ha dicho?
—¿Y a ti?
—Yo pregunté primero. ¿Quién te ha contado que Marina se quiere fugar?
—No.. no te lo puedo decir, lo siento. —Apreto los labios mientras espero su reacción.
—¿Pues sabes qué? Yo no me lo creo. Esa niñata es capaz de inventarse lo que sea para llamar la atención.
No sé qué decir. Opto por asentir sin decir nada, aunque no estoy de acuerdo.
ESTÁS LEYENDO
Extraviados -Ander y tú-
RomanceTras 2 largos años fuera de casa, ya es hora de volver, ¿no? Reencontrarse con antiguos amigos y familiares le cambiará, pero solo una persona le hará disfrutar de la manera más experimental. Talía pensaba que ya había superado al amor platónico del...