~capítulo 30~

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Cuando bajamos a la piscina, veo con claridad todo lo bonita y moderna que es.

Hay toboganes, túneles, hinchables, flotadores y hamacas flotantes en el agua. También dos spas y bajeras moradas, con espuma y cascadas relajantes.

—Quiero subirme ahí. —Señalo el tobogán más alto. Un rojo y circular, bastante largo y que acaba en una piscina llena de flotadores y pelotas de colores.

—Pues ahí vamos a ir. —Ander tira su mochila al suelo y se empieza a quitar la camiseta y el pantalón.

Yo entre risas me despojo de mi vestido blanco quedándome solo en mí, según yo, horroroso bikini.

—Lo que dije. Ya estoy caliente y no si quiera te has metido en el agua. —Dice Ander mirándome de arriba a abajo con ojos lujuriosos.

Mis mejillas se tiñen de rojo, me tapo la cara con el pelo para que no se note mientras me agacho a dejar mi vestido en mi bolsa.

Ander y yo decidimos no agarrarnos de la mano por si acaso. Así que caminamos un al lado de otro como personas normales.

Arriba, ya en el tobogán que había asignado como mi favorito, me asomo para ver su trayectoria y su pendiente.

Doy un paso hacia atrás instintivamente. Desde arriba se ve mucho más alto y peligroso.

—¿Ocurre algo? —Pregunta Ander, al deshacer mis pasos he chocado contra su pecho desnudo.

—No.. no creo que sea buena idea subirnos aquí. Mejor vamos a la piscina de los niños pequeños, con colchonetas y mangueras con agua. —Digo nerviosa, esquivando y pasando por el lado de Ander.

—Quieta ahí. —Él me agarra del brazo Antes de que me esfume.

—¿Tienes miedo, princesa? —Pregunta con una deja alzada mientras termina de tirar de mí para volver a estar en la posición de antes. Frente al tobogán.

—Que va. Solo que acabo de comer y creo que todavía no he hecho en la digestión.

—Seguro. A ver, Talía, has comido hace 4 horas.

—Ya, bueno mi cuerpo es especial y tarda más. —Digo intentando escapar de nuevo.

—Dime que te da miedo, no me voy a reír lo juro.

—No me da miedo, idiota.

Ander me agarra de los hombros y me empuja hacia el tobogán. Yo, al ver que casi me caigo por el agujero de cabeza, grito.

—¡AAA! —Grito agarrándome a su pecho.

—Lo ves, te da miedo.

—¡Sí! ¡Sí me da miedo! —Exclamo agarrándome a su pecho otra vez cuando intenta zarandearme de nuevo.

—Lo ves. No me he reído. Ahora vamos a tirarnos.

—¿Qué? ¿No me has oído, Ander? No quiero.

—Ya. Pero yo te voy a proteger.

Y nada más decir eso me agarra de la cintura y me siente en la boca del tobogán rojo. Luego él se pone detrás de mí.

—No va a salir bi.. ¡AAAA! —Grito cuando Ander me abraza contra su pecho y nos empuja. Cayendo en el tobogán.

Al final no fue tan malo. Cuando ya nos hemos tirado unas 5 veces, mi acompañante ya está cansado.

—Otra vez. —Pido aplaudiendo.

—No te cansas nunca. —Dice Ander suspirando.

—¿Por favor? —Pongo ojos tristes.

—La última. —Me advierte apuntándome con el dedo.

—La última. —Respondo echando a correr.

Y media hora después, estamos los dos tumbados en las hamacas, fuera del agua.

—Si tu hermano no viera.. —Empieza Ander, mirando al cielo.

—Ander, estoy harta de mentir. —Digo girándome y poniéndome de lado, mirándolo.

—Y yo, pero en cuando Guzmán se entere y entre en guerra conmigo, a parte de que pierdo su amistad, probablemente también te pierda a ti.

—¿Por qué?

—Hola chicos. —Polo se sienta nuestro lado. —¿Interrumpo algo? —Pregunta con una sonrisa pervertida.

—No.. tranquilo. —Respondo suspirando y volviendo a ponerme boca arriba.

—¿Os podéis creer que Carla ha sido tan idiota como para dejarme y luego, salir con Christian?

—Me he perdido. —Dice Ander enderezándose en la hamaca.

—Qué Carla cortó conmigo hace un par de días, y al día siguiente me enteré que ya era novia del becado. —Explica llevándose su bebida a la boca.

—Por dios. —Es lo único que digo, poniendo las ojos en blanco.

—¿Y sabéis que es lo peor? Que encima a traído a su noviecito al hotel. Pasará las vacaciones aquí.

Ander ríe. —Que mala suerte, tío.

—Hola. —Guzmán se une a la fiesta. El que faltaba.

—Hey. —Dice Ander mirándome de reojo por unos segundos.

—¿De qué hablabais?

—Emm.. nada que Carla ha dejado a Polo y se ha ido con Christian, básicamente. —Digo yo frotándome las sienes.

—Ya te dije yo que le capullo chulito ese no iba a traer nada bueno. Pero como te pasa siempre, no te das cuenta del problema hasta que te estalla en la cara.

—Oye Guzmán, no te pases.

—Talía, no te metas. ¿Enserio vas a dejar que un pobretón repeinado de mierda te robe a la mejor chica que podías conseguir, Polo?

Polo mira al suelo durante unos segundos, luego levanta la cabeza con la mirada posada en Guzmán.

—Tienes razón, ¿cómo iba a dejar que un puto becado se quede con mi novia? —Dice decidido, luego se levanta y nos mira a todos. —Voy a recuperar a mi chica. —Recalca la palabra "mí" y se va a grandes zancadas.

—Bueno, un problema menos. —Dice Guzmán cruzando sus brazos por detrás de su cabeza, suspirando.

—Ta has pasado. Sabes perfectamente que Carla no va a volver con Polo. ¿Por qué le das esperanzas? —Digo yo, odio que siempre haga lo mismo.

—Lo único que he hecho es hacer que aprenda y que se espabile. Si le pasa lo mismo cada vez que consigue a alguien, se va a quedar solo.

—Sí, seguro que tienes razón. —Vacilo con una mueca.

—Di lo que quieras. Al fin y al cabo me estoy preocupando por él. Siempre lo hago. —Levanta los brazos en son de paz.

—Estoy harta de ti y de tus tonterías. —Le digo levantándome de la hamaca. —Hasta luego Ander. —Le sonrió por un instante para luego mirar a mi hermano con una mueca repulsiva.

Me voy de allí por fin y subo tranquilamente a mi habitación. Cuando llego me meto en la ducha para darme un baño caliente.

Extraviados -Ander y tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora